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Confunde que algo queda.
Antoni Ramis Caldentey
Confunde, que algo queda
El tétrico y patético Aznar se ha bastado, el solito, por si sólo, con y sin atentado, para perder las elecciones, aunque todo el capital de las escavadoras y de todos los dinosaurios del Parque Jurásico hayan hecho todo lo posible para mantener su pesebre y su trato preferente sectario. Por ello votar cualquier opción diferente a la del sí a la guerra, a la del sí a la farsa y la mentira, a la de la injusticia (Fiscal General, Ley de Partidos,...), a la del sí a la negación de cualquier explicación, diálogo y consenso, a la de la política peligrosa (hace tiempo que, desde Arco Atlántico http://mallorcaweb.net/arc98 avisábamos que esta política era altamente peligrosa y que o se rectificaba o traería muy graves consecuencias), por ello, digo, votar cualquier opción diferente a la opción aznarista no es ninguna cobardía, sino todo lo contrario, es necesario ser muy valiente para oponerse a la jauría de Tyrannosaurus Rex, aparte de que es propio de coherencia, salud mental social y humanismo ecológico (equilibrio global mundial).
Ahora resulta que se aferran a / y escandalizan por perder por culpa del atentado (anunciado por Irak pocos días antes de la invasión ilegal y asesina y recordado pocas semanas antes de que se produjera). Aznar ha dicho que a él no le importan las causas. Y por lo visto estos días, tampoco ha llegado a la edad mental en que la persona comprende la relación entre comportamientos y sus consecuencias. Dice que no ha mentido y que se va con las manos limpias (dos nuevas mentiras). Sólo desde la oligofrenia más profunda, o desde la paranoia más alucinante (o desde el cinismo más interesado), dadas las acciones políticas antecedentes, se puede afirmar esto inmutándose tan poco.
No fueron unas elecciones entre el candidato del PP frente el candidato del PSOE. Al candidato del PSOE lo había elegido un Congreso de su Partido. Al candidato del PP lo había elegido un señor bajito enclenque (pero tremendamente peligroso) que a su capricho, nunca a nadie explicado, había decidido anotar en una libretita de tapa azul. Y curiosamente eligió al único de los pretendientes que no ambicionaba el puesto, con lo cual fastidiaba a quienes querían serlo (más que nadie el bueno e inteligente de Ruiz Gallardón, a quien los sondeos de El Mundo, hace año y medio, le daban como preferido popular con mucha diferencia y quien ya hace ocho años había dicho que cuando Aznar ya no quisiera seguir siendo presidente, él si que lo querría; y el matemático y rico de Rodrigo Rato, de forma inmediata; y Arenas, Aceves, Trillo, Palacio,... y, muy especialmente la excavadora Zaplana para la próxima ocasión. A Mayor Oreja y a Piqué ya les había convertido en cadáveres políticos) y a quien no quería serlo, es decir, a todos. Hace tiempo que leí, y mi observación permanente lo ha confirmado siempre, que se mata y se hace más daño en nombre de la obediencia que en nombre de la desobediencia (la víspera de las elecciones la policía recibió la orden de "cargar" contra los manifestantes indignados contra la manipulación gubernamental, pero pacíficos en su forma de protesta. No lo hizo y no hubo ningún incidente grave. Si lo hubiera hecho, cumpliendo órdenes, habría habido muy graves incidentes, que habrían podido ser muy explotados buscando el voto del miedo y de la necesidad del orden. No obstante los soldados americanos y británicos sí obedecieron las órdenes de invadir, bombardear y disparar, y ahí tenemos el espeluznante "nuevo orden mundial" consecuente) y, consecuentemente, me resulta incomprensible entender que personas tan inteligentes como Rato o Ruiz Gallardón y muchísimos más, dirigentes del Partido Popular, sean capaces de dejar en manos de un único hombre, iluminado mental, su suerte política personal y la general de todos los españoles, y parte de europeos y orientales. ¿Cuántos diputados del PP, si hubieran votado en libertad, de acuerdo con su conciencia, no habrían votado, votación que fue secreta, el "no a la guerra"? No obstante se les pidió que votaran de acuerdo con la disciplina mansoniana de Partido (de exigencia de uno). Por suerte esta disciplina absoluta de voto no llega a la totalidad de los votantes generales no afiliados en la calle. ¿Cómo un Partido no democrático, que se rige por procedimientos de rígida disciplina caprichosa, pretende ganar unas elecciones populares democráticas? Las elecciones democráticas las ganan los Partidos democráticos; las manipuladas, los autoritarios (¿a quién pidieron consenso para la LOCE, o contra el terrorismo, o...?).
No, las elecciones no se perdieron por culpa del atentado (el atentado era sólo la confirmación del por qué se perderían las elecciones). Las elecciones empezaron a perderse cuando, desde posturas y comportamientos no democráticos, el Partido se puso a disposición del veredicto popular democrático en unas elecciones generales (ya se habían perdido las elecciones de las Comunidades de Madrid y Catalunya, aunque las de la de Madrid se recuperarían poco después gracias a una traición de dos diputados socialistas). Lo que más daño le ha hecho al PP en la última legislatura, aparte de la iluminación megalómana de su pequeño (y no por bajo) líder, ha sido su mayoría absoluta que le permitió abandonar la necesidad del consenso y de los procedimientos democráticos.
Hacía ya muchas semanas que los sondeos publicados indicaban que el PP no obtendría la mayoría absoluta (algún sondeo aislado, interesado o no, sí daba la posibilidad de mayoría absoluta) y desde las tres anteriores al atentado se había pasado de 11 puntos favorables al PP sobre el PSOE a sólo 2 puntos la víspera del atentado (siempre sin mayoría absoluta), por lo que la interrupción de la campaña, la interrupción del juego, perjudica siempre al equipo que viene remontando. Por esto, no es cierto que el PSOE ganara gracias al atentado (que se producía en una legislatura, la de la mayoría absoluta, del Partido Popular, que prometía que todavía irían a más y que, hacía mucho tiempo, nos había prometido que acabaría con el terrorismo), sino que ganó a pesar del atentado.
Como tampoco es cierto el que decir "no" al aznarismo sea una cobardía, sino que es valentía,... y un ejercicio propio de una muy buena salud mental social.
Desconozco, Feliciano, quienes y en qué contexto te dicen esto (que el decir "no" al PP sea de cobardes), pero, sin duda, confunden "valentía" con "temeridad sanguinaria". Deseo que el nuevo Gobierno no espere hasta el 30 de junio para retirar a nuestras tropas de la disciplina de las tropas invasoras. Espero que ordene su inmediato regreso el primer día de su gobierno. En caso contrario, cada día que pase será un peligro temerario para nuestros hombres, peligro que vendría no sólo desde la resistencia iraquí. No olvidemos que, aunque fuera por un día, este nuevo Gobierno apoyaría a quienes decidieron apoyar una invasión ilegal, rechazada tanto por la ONU como por el Vaticano.
O sea que, a buscar otros argumentos, "valientes".
Enhorabuena valiente pueblo español. Enhorabuena valientes exvotantes del PP.
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Antoni Ramis Caldentey
Coordinador de l'Arc-46: grup. Illes Balears:
http://www.mallorcaweb.net/arc46
Web castellana:
http://www.mallorcaweb.net/arc98
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----- Original Message -----
From: Feliciano Robles
To: aprendiendo@eListas.net ; tecno@eListas.net
Sent: Thursday, March 25, 2004 8:56 AM
Subject: [aprendiendo] No somos cobardes
No somos cobardes
Feliciano Robles Blanco
Están llegando a mi PC algunos mensajes tendenciosos donde se acusa a los españoles poco más o menos de cobardes por haber echado del Gobierno al Partido Popular, como consecuencia del brutal y macabro atentado de Madrid.
Debo decirles a estos intoxicadores que somos muchos los millones de españoles que ya teníamos decidido nuestro voto hacia los partidos de izquierda, y que si en el último momento hubo un pequeño porcentaje que decidió ir a votar y hacerlo contra el Partido Popular fue clara y llanamente porque vieron claro que el atentado de Madrid según consta en el comunicado de reivindicación había sido como consecuencia de la presencia de tropas españolas en Iraq y del apoyo que había dado el Gobierno del PP a la intervención en esa maldita Guerra.
Los españoles tenemos una larga y penosa experiencia con el terrorismo de ETA donde ha alterado muchas veces la agenda política por culpa de muchos atentados criminales.
Este atentado debería tener el fruto para que la Organización ETA considerase lo inútil que resulta cualquier atentado y el dolor insufrible que causa a sus víctimas, para que de una vez por todas decidiese poner fin a sus actividades y disolverse, entregando las armas y negociando el futuro de los presos.
A los intoxicadores les aconsejaría que cambiasen de profesión, y se centrasen de una vez por todas en tratar de mejorar las cosas que verdaderamente funcionan mal en este país. Hay que saber perder con dignidad, y la Democracia tiene la virtud de que cuando un Gobierno se equivoca e intenta gobernar de espaldas a la voluntad de los ciudadanos se le puede reemplazar democráticamente por otro.
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