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Los marines bombardean una mezquita repleta de gente en la ciudad de Faluya
El ataque al templo del ´triángulo sunita´ podría haber causado 40 muertes, aunque el Pentágono reduce las bajas a un único rebelde
JOSÉ SEAGE. BAGDAD.
La muerte y el horror han tomado Irak tras más de cuatro jornadas de enfrentamientos en casi todas las ciudades del país en la peor espiral de violencia que se registra en la posguerra. En el episodio más dramático de ayer, los soldados norteamericanas atacaron una mezquita sunita en Faluya y mataron a más de 40 iraquíes -según fuentes sanitarias-, mientras en las zonas chiitas continúa abierto el enfrentamiento contra los seguidores del clérigo radical chiita al Sadr.
Portavoces militares de EEUU en Bagdad reconocieron el ataque contra la mezquita, pero insistieron en que los marines habían sido tiroteados primero desde el interior del templo y aseguraron que en el asalto sólo murió un insurgente.
Las mismas fuentes dijeron que ayer hubo "cinco bajas entre los marines en Faluya", pero afirmaron que "esto no quiere decir necesariamente que estén muertos".
De acuerdo con fuentes hospitalarias y testigos, un helicóptero norteamericano disparó tres misiles contra decenas de iraquíes que se congregaron en la mezquita "Abdelaziz al Samarai" para asistir a la plegaria de la tarde.
Antes, durante la operación de captura de los asesinos de cuatro agentes de seguridad occidentales llevada a cabo en la misma localidad durante la noche, al menos 57 iraquíes -entre ellos numerosos civiles, mujeres y niños- habrían perdido la vida a manos de soldados de la coalición. Otros cuarenta sunitas habrían muerto en Ramadi.
También ayer un helicóptero norteamericano se estrelló cerca de Baquba, en el norte de Bagdad.
En cuanto a la revuelta chiita que asola el centro-sur del país por cuarto día consecutivo, cinco peregrinos iraníes y tres iraquíes perdieron la vida al ser atacado el vehículo en que viajaban por tropas de la coalición cerca de Kerbala.
Para añadir más tensión, el portavoz militar de la Coalición dirigida por EEUU, general Mark Kimmitt, anunciaba al mediodía que la Autoridad Provisional "destruirá" a las milicias chiitas, encuadradas en el conocido como el Ejército de Al Mahdi.
"Vamos a atacarlo para acabar con él", aseguraba el portavoz poco después de que Muqtada hicieran un llamamiento a todos los iraquíes, sea cual sea su religión, para expulsar a los ocupantes de Irak.
Esta situación, especialmente el bombardeo del templo sunita, hace temer que todo pueda complicarse aún más en el país árabe, donde alrededor de 200 iraquíes y 30 soldados de la coalición murieron en los combates de los últimos cuatro días.
Primero, el máximo líder religioso de los chiitas de Irak, el gran ayatolá Alí Sistani, condenó ayer la respuesta de la coalición a la insurrección de los seguidores de su subordinado ´rebelde´ Al Sadr. También instó a que la actual situación "sea tratada con sensatez, paciencia y de forma pacífica".
Críticas de sunitas y chiitas
También el Comité de Ulemas, máxima institución de los musulmanes sunitas de Irak, advirtió ayer que suspenderá todos los contactos con la ONU mientras que esta organización no condene de forma clara el sitio y las operaciones militares en Faluya.
Además, el secretario general del Comité, el jeque Hareth Suleiman al Dari, calificó de "masacre bárbara" la campaña de las fuerzas de coalición contra los milicianos chiitas en Bagdad y en el sur de Irak, y contra los insurgentes sunitas en el oeste del país.
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