05 septiembre 2024

ILFelanitx, muchos años después

Éramos niños de 10 o 11 años (era el curso escolar 1957-58), ahora somos hombres de 77 o 78 años. O sea que han pasado 67 años, muchos.


Foto: Eva del Cucurucho (hermana de la alcaldesa de Es Port)

Era el curso 1957-58, estudiábamos 1er curso de bachillerato laboral en el Instituto Laboral de Felanitx, el único instituto laboral de Mallorca y únicamente ofrecía el bachillerato laboral elemental. Cuando acabábamos este bachillerato laboral elemental de 5 cursos, podíamos pasar al bachillerato superior general en el instituto Ramon Llull de Palma o, si queríamos seguir el bachillerato laboral superior teníamos que ir a Ciutadella, único lugar, a las Islas, donde se ofrecía, además del bachillerato laboral elemental, el bachillerato laboral superior. Por aquel entonces la enseñanza, tanto pública como privada, era segregada por género. Los institutos generales eran masculinos o femeninos (en Palma el instituto Ramon Llull era masculino, mientras que el instituto Joan Alcover era femenino), desconozco si en el resto de España había algún instituto laboral femenino. Aquí, en las Islas, los únicos dos institutos laborales, Felanitx y Ciutadella, eran masculinos.

Accedíamos al Instituto, en el primer curso después de aprobar un examen de ingreso que se hacía en junio anterior en el mismo Instituto. En Felanitx preparaban para el ingreso la Escuela Graduada y el Colegio de Sant Alfons. Yo, y otros muchos, había hecho la preparación para el examen de ingreso en la Escuela Graduada, nuestro maestro era don Jaume Tomàs ("el maestro cojo"). Otros alumnos lo habían hecho en Sant Alfons. O sea que, cuando empezábamos el primer curso coincidíamos con aproximadamente una mitad de los compañeros del curso que se habían preparado en el mismo centro que cada uno, mientras que la otra mitad, para nosotros, eran nuevos compañeros para proceder del otro centro .

Pero muy pronto Sa Graduada y Sant Alfons eran unos gratos recuerdos del pasado. Ahora ya nos sentíamos, y éramos, alumnos del Instituto Laboral de Felanitx y, así, para la mayoría, hasta cinco años. Algunos, como yo, por cambio de destino de su padre, dejábamos el Instituto antes de cumplir los cinco años. Pero, bien por ir a Felanitx a ver la padrina o bien a Es Port donde seguimos yendo todos los veranos, me seguí relacionando con muchos de ellos: Miquel "Perdiu", Toni "Vinater", Toni "Motlos", Joan "Rectora", Joan Tauler, Miquel Llambies,... Otros por las relaciones profesionales suyas y las necesidades de mis suegros u otros parientes nos reencontramos y reconocimos muchos años después: Tòfol Bennassar, Andreu Maimó,...

Hace muchos años, alguno de ellos de Felanitx (no sé si era Tofol Bennassar), se hizo con la lista oficial de evaluaciones finales de matemáticas del primer curso (curso académico 1957-58)


y, cada vez que encontraba un compañero de ese curso, aprovechando la lista, iba apuntando su teléfono (al principio todos eran fijos, más recientemente, todos los posibles móviles con lo que podíamos hacer un grupo de Whatsapps), más recientemente direcciones electrónicas y más recientemente móviles. Y así hemos ido actualizando la lista (sin demasiado éxito, ciertamente, unos por que son muy discretos y no quieren dar su teléfono y otros por que no los hemos localizado).

Con la lista de cada momento, en verano, que es el tiempo donde nos concentramos, entre Felanitx y Es Port, más compañeros de aquella promoción, hemos ido haciendo distintos encuentros, almuerzos o cenas.

Pero ahora hacía mucho tiempo, tres o cuatro años, que por varias razones no habíamos hecho ninguno. Tófol Bennassar cogió lista y llamó a un grupo reducido para hacer una cerveza en Es Cucurutxo y, entre todos, organizar, para este curso, una comida. En total fuimos cinco, el mismo Tòfol Bennassar, Joan Garcies (Rectora), Antoni Capó, Miquel Rigo, y yo mismo. Revisamos la lista y quedamos en hacer una comida en el restaurante Simbol el martes día 3 de septiembre a la una. Y así lo hicimos.

La lista del Instituto es de cincuenta personas, de las que 12 ya han traspasado. De los 38 restantes, entre los cinco, contactamos con una veintena. De estos algunos nos dijeron que no podrían venir por varios motivos: no estar en Mallorca en esta fecha, tener que cuidar a un familiar enfermo, tener un compromiso previo, tener trabajo,...

Finalmente confirmamos y asistimos a la comida (Al Cucurucho, por que el Simbol el martes a mediodía está cerrado) los ocho de la fotografía.

De izquierda a derecha: Joan Tauler, Tòfol Bennassar, Pedro José Maimó, Pedro Mas, Antoni Ramis, Joan Garcías "Rectora", Antoni Capó, Miquel Rigo. Foto: Eva del restaurante el Cucurucho

A partir de la una íbamos llegando y pidiendo una caña, muchos estaban muy contentos de ver a compañeros, algunos de los cuales hacía mucho tiempo que no veían y fuimos pidiendo entrantes y empezando una tertulia alegre y afectiva que parecía que no acabaría nunca, plato principal, postre, rasca (algunos), y seguía la tertulia. Suerte que hubo una mesa rezagada, una pareja joven y tres niños, porque si no hubiera sido, hubiéramos sido la única mesa ocupada del restaurante. Suerte también que, poco antes de las cinco (17h), en el grupo de Whatsapp, la mujer de Pedro José, nos llamó diciendo "Que Pedro José debe acompañar a su nieto al fútbol (no sé si tenía partido o entrenamiento) y si no se da prisa llegarán tarde”. Pedro José se levantó corriendo y nos dijo "Chicos, yo tengo que irme inmediatamente". Los demás aprovechamos y dijimos "No, y nosotros también nos vamos". Las últimas palabras eran sobre que teníamos que organizar otra comida antes de que terminara septiembre. Acabábamos de ponernos de pie y, de repente, llegó un viento furioso que tiró los letreros de propaganda del restaurante y arrastró un bandeja de plástico y algunas sillas. El más pequeño de la mesa rezagada pegó un chillido horripilante y se puso a llorar fortísimo sin que las palabras de su padre tranquilizándolo hicieran el menor efecto. Nosotros, cada uno partió hacia su origen (la mayoría, su coche). Yo había ido en bus (TIB), y volví con Pedro Mas, en su coche.

A ver si la próxima comida, antes de terminar septiembre, somos cerca de treinta y ocho.

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