13 enero 2025

Psicología 15: Psicología Social

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Psicología Social:

1 Psicología Social
2 Psicología social y sociología
3 Conformidad con el grupo (Salomon Asch)
4 Obediencia a la autoridad (Stanley Milgram)
5 Rol y comportamiento (Philip Zimbardo y otros)
6 Estilos de liderazgo (Kurt Lewin)
7 El efecto positivo de la comunicación (T. Moriarty)
8 La mejora del rendimiento cuando podemos intervenir en las decisiones (Ellen Langer).


1 Psicología Social:

Decíamos que la psicología procura la mejora de la calidad de vida personal y social de todas las personas. 

Así como la psicología (sin adjetivos) estudia y ayuda a la persona individual, la psicología social estudia las interrelaciones interpersonales y se preocupa por que éstas sean funcionales y positivas en el sentido de mejorar el bienestar de todos y todas (y mejorando el de todos/as se mejora el de cada una/a). En este sentido puedes analizar e qué posición vital estás (y en caso de que no estuvieras en la correcta, "tú y yo estamos bien y yo procuro que esto sea así", cambiar: Análisis de mi posición vital


2 Psicología social i sociología:

No debemos confundir la Psicología social con la sociología. La sociología estudia el comportamiento de los grupos y las organizaciones, mientras que la psicología social el comportamiento de la persona en el seno de los grupos y organizaciones, así como las interrelaciones que se establecen y la modificación, en un sentido positivo, tanto de los comportamientos como de las interrelaciones.

Resultan muy sorprendentes algunos comportamientos de personas que votan a sus propios verdugos (como si sufrieran el síndrome de Estocolmo). Así como la enajenación colectiva, política o social de personas que hacen verdaderas barbaridades y pierden todo referente racional para seguir al "pensamiento único" y las consignas de conducta dictadas por ese pensamiento único, por demenciales y criminales que sean.

La sorpresa que causaron estos comportamientos demenciales en los movimientos nazis de principios del siglo XX impulsaron el desarrollo de la psicología social: ¿Por qué somos capaces de estos comportamientos? ¿Qué debemos saber para poder ser y actuar como personas humanas, racionales y sociales y no como autómatas al servicio de intereses "superiores" o de instintos asesinos sádicos?

A pesar de este desarrollo de la psicología social, estos comportamientos fascistas (autoritarios, agresivos y violentos) se siguen produciendo en el siglo XXI, muchas veces en ambas aceras del mismo camino.

Sin embargo, en muchas ocasiones, las personas del grupo desconocen los mecanismos psicosociales, que desencadenan sus propios comportamientos, mientras que sí son conocidos por los dirigentes del grupo, con lo que la manipulación de comportamientos sociales resulta muy fácil.

Lo importante es que todos conozcamos estos mecanismos para gozar de libertad de comportamiento (no hay responsabilidad sin libertad) y evitar la propia enajenación y utilización.


3 Conformidad con el grupo (Salomon Asch):


Maslow, psicólogo humanista, explica la escalera de necesidades humanas. Cada vez que tenemos cubiertas las necesidades de un determinado nivel (partiendo de las básicas vitales) tendemos a satisfacer las necesidades del nivel inmediato superior, hasta subir y cubrir toda la escalera de las necesidades psíquicas humanas.

Una vez cubiertas las necesidades fisiológicas, básicamente de alimentación e hidratación, y las de seguridad (entre otras, no vivir en la calle a merced de cualquier imprevisto peligroso) la persona tiene la necesidad de cariño, amor y pertenencia a grupo ( somos animales sociales necesitados de cariño). Tanto que causa estupor el experimento de Salomon Asch:

¿Qué barra de las tres de la derecha es igual que la barra de muestra de la izquierda?

Parece bastante evidente que es la número 2. ¿Pero que dirías tú si estuvieras en una sala de espera esperando para hacer una entrevista de contratación y en la misma habitación los empleados de la empresa lo estuvieran discutiendo y dijeran que es la número 1? La mayoría de sujetos experimentales prefieren estar, conformes, de acuerdo con el grupo, y responden lo mismo: la número 1.
¿Cómo crees que actúan los Ministros, Subsecretarios, Directores Generales y otros dirigentes de un gobierno que funciona autoritariamente según los designios y voluntades del presidente (único que, con una libreta azul, decide los nombramientos y ceses de los miembros del grupo)? "Quien se mueve no sale en la fotografía".
¿Qué crees que ocurre en estas organizaciones autoritarias caprichosas cuando un miembro del grupo se atreve a decir: "Pués, que queréis que os diga? A mí me parece que la barra igual es la número 2" si no hay una parte importante del grupo que le diga: "Estoy de acuerdo contigo, efectivamente es la numero 2?" Normalmente se aísla y presiona psíquicamente al sincero hasta anular su influencia en el seno del grupo o hasta su exclusión del mismo, pudiéndole causar graves daños psíquicos de forma totalmente injusta y con responsabilidad penal, mientras el grupo se mantiene en la demencia de una organización que se basa en que la barra idéntica es la 1 ("en que la Virgen se llama Juana").

Qué debemos hacer en caso de caer en una situación demencial de este tipo: En primer lugar, nunca aceptar ser la víctima (sería igualmente demencial aceptar la demencia). Por cada vez que se recibe dar dos y si no es posible reconducir al grupo a la racionalidad y a la justicia dejar el grupo y denunciar el hecho a los superiores de la empresa y, en su caso, a los tribunales ordinarios de justicia penal Necesitamos que las organizaciones del sistema social sean organizaciones sanas.

4 Obediencia a la autoridad (Stanley Milgram)

Más escalofriante que el anterior resulta este experimento de Stanley Milgram. Esta necesidad de no ser rechazado por el grupo nos hace doblegarnos a la autoridad del mismo hasta extremos inhumanos y sádicos. Basta con ver el comportamiento de algunos soldados israelíes hacia niños palestinos, o el tratamiento de los guardas de Guantánamo a los prisioneros supuestamente Talibanes. O, sin ir tan lejos, el sadismo violento con que algunos de los policías de aquí reprimen manifestaciones pacíficas en favor del Medio Ambiente o de la Justicia Social.

El experimento de Milgram consistía en que el sujeto experimental, de acuerdo con las "normas" recibidas de la autoridad del laboratorio, debía "castigar" mediante una descarga eléctrica los errores que hiciera un segundo sujeto supuestamente experimental (en realidad uno confabulado para poder realizar el primer experimento) en un experimento para analizar su memoria. El primer sujeto, a los mandos de una máquina de castigo conductual, debía aplicar una descarga eléctrica al segundo sujeto cada vez que éste se equivocara en su respuesta. Estas descargas serían de un voltaje creciente en cada error e iban desde unos pocos voltios hasta unas descargas potencialmente mortales. Todos los sujetos experimentales aceptaron su labor e iban incrementando el potencial de la descarga en cada error del confabulado que veían a través de una ventana que era espejo al otro lado (confabulado que, realmente, no recibía ninguna descarga, pero que hacía una importante comedia de dolor en cada una supuesta), un porcentaje importante llegó a "dar" descargas potencialmente muy graves y ninguno, cuando abandonaba el experimento, fue a socorrer al sujeto castigado.

Desde hace mucho tiempo los psicólogos conductuales y los pedagogos sabemos que los castigos no sirven absolutamente para nada y, en un porcentaje muy elevado, logran el efecto contrario al pretendido. Lo que es efectivo, para corregir un problema conductual es el razonamiento, el convencimiento, el refuerzo humanista al sujeto y el refuerzo del comportamiento alternativo deseado.

A estos tiempos, tanto en organizaciones políticas supranacionales como en organizaciones educativas existe una proliferación de castigos contraproducentes. O bien la autoridad que les propugna es ignorante o bien es mala: Pretende unos objetivos totalmente distintos a los que dice pretender y por los que teóricamente aplica los castigos.

Como dice Philip Zimbardo (probablemente extraído de otro autor) "En la historia de la humanidad se han cometido muchas más barbaridades y atrocidades en nombre de la obediencia que en nombre de la rebelión".

5 Rol i comportamiento (Philip Zimbardo i d'altres)

Pero ¿qué hace que nos comportemos de estas maneras tan irracionales (no somos el único animal racional?) y antisociales (¿no somos sociales por naturaleza?)? ¿Es la naturaleza humana de quienes lo hacen? ¿Es una cuestión genética que determina a las personas autoritarias, sádicas, sumisas, mentirosas,..., determinación de la que no se pueden liberar?

El experimento de Zimbardo demuestra que no. Todos podemos actuar desde la demencia autoritaria, antisocial, injusta y sádica o desde la responsabilidad humana y social. Todo es cuestión del "bando" donde nos coja "la guerra". Muchas veces, prácticamente siempre, policía y delincuencia son dos caras de la misma moneda y unos y otros podrían estar en la otra cara si las circunstancias así lo hubieran determinado. "Yo soy yo y mis circunstancias", y lo mismo podríamos decir del verdugo y la víctima o de los miembros de dos grupos confrontados. Lo que aquí nos interesa es tomar conciencia del hecho y evitar ser esclavo de nuestras circunstancias y procurar ser, mejor, el conductor libre de las mismas.

Philip Zimbardo y sus colaboradores hicieron el experimento del rol del prisionero y el carcelero: Trabajaron con un grupo de estudiantes universitarios americanos. De forma aleatoria seleccionaron a un grupo que debía hacer de prisioneros de una cárcel y otro que debían representar el rol de los guardias. Empezaron el experimento, que debía durar tres semanas, en una prisión antigua que ya no se utilizaba como tal. Inmediatamente los guardias, que utilizaban uniforme, se revistieron de símbolos agresivos (botas altas, cinturones grasos con grandes hebillas metálicas, gafas de sol, distintivos en el pecho, grandes gafas de sol negras,... y desarrollaron actitudes autoritarias, caprichosas, humillantes y agresivas hacia sus compañeros que representaban el papel de presos, por el contrario estos desarrollaron una caída radical de su autoestima, depresión y muchos síntomas psicosomáticos. La cosa se puso tan mal que Zimbardo y colaboradores hubieron de suspender el experimento antes de completarse la primera semana de las tres previstas. Pasados ​​muchos años, cuando aquellos estudiantes ya eran personas maduras, la mayoría padres de familia, los citaron de nuevo: Tanto unos como otros mantenían todavía secuelas de comportamiento. y psíquicas del rol de esa experiencia.

La comunidad psicológica internacional, con toda razón, ha prohibido que se realicen experimentos de este tipo. El problema es que nuestro mundo vive cotidianamente miles de realidades que no son experimentos, sino realidad pura y dura.

Lo importante es conocer estos mecanismos psicológicos sociales para no caer en sus trampas ni como víctima de las mismas ni como verdugo irracional, para no elegir a nuestros dirigentes que utilizan estas estrategias y para denunciar, donde corresponda, los casos que conozcamos.


6 Estilos de liderazgo (Kurt Lewin) 

Kurt Lewin (1890-1947) fue un psicólogo alemán que influyó de forma fundamental en el desarrollo de esta ciencia durante la primera mitad del siglo XX. Como Wertheimer, Köhler y Koffka, formó parte de la Escuela de la Gestalt, que intentó encontrar las leyes que determinan la percepción humana y la tendencia de la mente a organizar los estímulos recibidos.


A Lewin se le atribuye la fundación de la psicología social como disciplina independiente, puesto que estudia el comportamiento de las personas teniendo en cuenta el entorno social en el que se desarrollan.

Una de sus aportaciones más características es la teoría sobre los tres estilos de liderazgo, basada en los experimentos que llevó a cabo en 1939, que tuvo gran aplicación tanto en psicología del trabajo o de las organizaciones como en la psicología social .

Realizó el estudio mediante la organización de tres grupos experimentales bien parecidos entre ellos, aunque cada uno fue dotado de tres tipos diferentes de liderazgo: autoritario, democrático y liberal. En el autoritario el líder da claramente las órdenes de la tarea a realizar y cómo hacerla e interviene todo el tiempo de su desarrollo. El democrático pide que las decisiones sobre las tareas a realizar para conseguir el objetivo, y la forma de hacerlas, sean tomadas entre todos, interviene, como experto, aconsejando, pero no obligando. En el liberal se deja la toma de decisiones al grupo y la supervisión que hace el líder de las tareas que realizan los miembros del grupo es mínima.
El grupo con líder autoritario fue el que más produjo, pero los productos no eran de la mejor calidad. Según las observaciones de Lewin, el liderazgo de estilo autoritario comporta el riesgo de que se produzca una revolución por parte de los subordinados. La probabilidad de que esto ocurra será mayor cuanto más marcado sea el carácter autoritario del líder.
El grupo más efectivo y que realiza los productos de mejor calidad es el grupo con liderazgo democrático. Conlleva cierto riesgo de que se produzca una pérdida de eficiencia, especialmente en relación a la toma de decisiones colectiva.
El grupo con liderazgo liberal es el menos efectivo de los tres tanto por su cantidad y calidad de su producción como por el grado de satisfacción de sus miembros. Sin embargo, puede funcionar muy bien cuando los miembros del grupo son personas capaces y con un alto nivel de preparación y motivación y además no existe una gran necesidad de comunicación entre los trabajadores.


7 El 
efecto positivo de la comunicación (T. Moriarty)

Moriarty demuestra en su estudio que el comportamiento de las personas cambia, mejora, si existe algún tipo de comunicación. Por ejemplo: Si alguien roba una cámara y nadie tiene ningún vínculo con la víctima, nadie actuará frente a esta situación. En cambio, si la víctima, previamente, pide a un sujeto que le vigile su cámara porque va a usentarse un momento, se crea un vínculo y si un tercero la intenta robar, el sujeto actuará en contra del delincuente. 


La mejora del rendimiento cuando podemos intervenir en las decisiones (Ellen Langer)


Uno de los mejores ejemplos del poder positivo de las situaciones es un experimento dirigido por la psicóloga Ellen Langer de la Universidad de Harvard. Langer quería saber si cambiando la situación en una sesión de entrenamiento aéreo mejoraría la visión de los sujetos estudiados. ¿Mejoraría su visión si eran tratados como pilotos? Preparó un experimento para responder a esta pregunta. Nosotros preparamos el entorno para su experimento con un sofisticado simulador aéreo con mandos y ordenadores que simulan una situación de vuelo tan real que las fuerzas aéreas entrenan aquí a sus pilotos. Si los sujetos creen que los pilotos deben tener una buena visión, ¿es posible que el poder de la situación mejore realmente su capacidad de visión? Langer seleccionó a cadetes de las fuerzas aéreas como sujetos. Todos ellos pasaron un examen de visión estándar. Ninguno de ellos conocía el verdadero propósito del experimento. La mitad de los sujetos elegidos al azar vistieron con el traje de vuelo. Luego el instructor realizó una prueba con cada uno de los sujetos mediante el simulador de vuelo. El sujeto estaba ahora al frente de una importante situación. Durante el vuelo el instructor pidió al sujeto que identificara marcas en el otro avión. En realidad, las marcas consistían en el mismo examen de visión que habían pasado anteriormente. El 40% de los sujetos en esta situación mejoró su ejecución durante el segundo examen visual. Sin embargo, para el segundo grupo de control la situación era distinta. Estos cadetes no fueron tratados como pilotos, no se pusieron el uniforme de piloto, y se les dijo que el simulador estaba estropeado, que sólo funcionaban algunas representaciones visuales. Cada uno de los sujetos ocurrió el mismo examen visual que el primer grupo. Sin embargo ninguno de ellos mejoró su marca. La situación no era suficientemente poderosa para afectar a su capacidad de visión.


BIBLIOGRAFIA

LEON MANN: Elementos de Psicología Social. Ed. Limusa, México, 1976. 

Video: Descubriendo la Psicologia. El poder de las situaciones: 

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