Formentor:
El vuelo de los halcones marinos sobre los acantilados del cabo de Formentor es espectacular. Se atascan, chillan, hacen picados con las alas plegadas... Nidan en rincones inaccesibles; cazan en vuelo los insectos voladores gregarios durante el verano, y en otoño, los primeros pájaros pequeños migrantes. En alguna parbacana anida el águila pescadera. En el extremo de Formentor, un faro vigila sobre el mar más de un pico agitado. El monte de Fumat permite ver las bahías del norte de la isla. Cala Murta, cala en Gossalba y cala Figuera son rincones marinos tópicos de la costa brava mallorquina. Desde el mirador de la carretera, encantará nuestros ojos el islote del Colomer, erecto, poblado de gaviotas y lagartijas.
La Victoria:
La atalaya de la Victoria (444 m) y la peña Roja (389 m) son las principales cumbres de la península del cabo Pinar, entre las bahías de Alcúdia y Pollença. Desde los dos montes se pueden ver los paisajes lejanos de la península de Artà, a levante, y a poniente, el cabo de Formentor. A ambos lados, las playas de Muro y las de s'Illot y ses Caletes de Pollença. Al pie de la atalaya se encuentra la emiita de la Virgen María venerada en un oratorio primitivo (siglo Xlii) y sobre todo desde la revuelta de las Germanías (XVI). La Victoria es propiedad pública (1.010 ha) y en sus límites se pueden realizar cómodas excursiones a pie por senderos señalizados.
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