04 junio 2025

El caso de SIXENA. Madrid si paga a los traidores. Carles Camp

El caso de SIXENA

Carles Camp

*Ahora ENTIENDO el porqué y el qué!!!!



MADRID SÍ PAGA A LOS TRAIDORES  

El monasterio de Santa María de Sijena se encuentra en aquella zona de Cataluña que llamamos Franja de Poniente, que es la parte de Cataluña que Javier de Burgos inicuamente puso bajo control de provincias aragonesas en 1833. Es un monasterio muy antiguo, fundado en el siglo XII. Terminada la Guerra de España de 1936-39 (conocida por el mote de Guerra Civil), el monasterio de Sijena, como la gran mayoría de edificios religiosos situados en zona republicana, había sufrido graves desperfectos a manos de los criminales incontrolados de la FAI. En agosto de 1936, después del saqueo, el arquitecto e historiador Josep Gudiol visitó el monasterio, que había quedado bastante dañado, particularmente los frescos, oscurecidos por el humo de los incendios. Gudiol volvió a Barcelona a buscar fondos para rescatar el arte de Sijena. Alcanzó 4.000 pesetas, que le dio el entonces consejero de cultura Ventura Gassol, cifra muy alta para la época y mucho más en plena guerra; además de pagarle dos técnicos especialistas en estas labores. Puede decirse que los catalanes se lo sacaron del plato para pagar esta restauración. Cabe decir que el gobierno del estado aprobó la operación. Con la ayuda de la población de Vilanova de Sijena, se arrancaron las pinturas y se llevaron a Barcelona, ​​donde se guardaron en la Casa Amatller. En 1940, fueron depositadas de forma segura en el MNAC y fueron restauradas en 1943 por el propio Gudiol, recién regresado del exilio. En 1960, el entonces director de este museo, Josep Maria Ainaud de Lasarte promovió el rescate del resto de los frescos que todavía había en Sijena. De acuerdo con las autoridades de entonces, el estado, el ayuntamiento de Vilanova de Sijena y de la misma comunidad, el resto de frescos y el resto de obras de arte también fueron llevadas a Barcelona, ​​restauradas y puestas bajo protección.

El techo del monasterio se derrumbó en 1990. Si Catalunya y los catalanes no hubieran intervenido, todas las obras de arte de Sijena se habrían perdido para siempre.

En 1992, el entonces consejero de cultura de la Generalitat, Joan Guitart, llegó a un acuerdo con la superiora de la comunidad según el cual el monasterio cedió las obras de arte a la Generalitat a perpetuidad. El pacto sólo se rompería si las obras no estaban bien custodiadas, que no es el caso. La cesión vino acompañada por el pago de 40 millones de pesetas por parte de la Generalitat de Catalunya, una suma considerable en ese momento. Como consecuencia del gran bajón de vocaciones religiosas, la comunidad de Sijena había envejecido mucho. En 1980, las monjas fueron trasladadas a Barcelona, ​​en Vallvidrera, con las compañeras de su orden, donde permanecerían hasta su muerte. La última murió en 2000. Cataluña no sólo cuidó de las obras de arte de este monasterio, sino también de las personas. Durante todas estas décadas, en Aragón, nadie movió un dedo ni se preocupó absolutamente de nada, ni se gastó un solo céntimo ni en rescatar, ni en restaurar, ni en conservar estas obras de arte. Si se hubieran dejado las obras de arte del monasterio bajo la responsabilidad de los aragoneses, éstas ya se habrían destruido, no existirían. Si Cataluña no hubiera acogido a las monjas del monasterio, vete a saber dónde habrían ido a parar.

Ahora, con el trabajo realizado, el dinero gastado, todo el trabajo realizado y las monjas ya muertas, los aragoneses, en vez de agradecer el trabajo realizado por Cataluña, tienen la barra y el cinismo de hablar de expolio y exigir su regreso a Aragón; retorno de unos objetos que, es necesario insistir y remarcarlo, si no fuera por Cataluña ahora ni siquiera existirían. Obviamente, no dicen ni una palabra de compensar a Catalunya de alguna manera por los gastos y revuelos provocados por el rescate, traslado y conservación de todas estas obras de arte. Los tribunales españoles -no podía ser de otra forma-, les han dado la razón. No han tenido en cuenta ninguno de los argumentos de la Generalitat, entre ellos uno bien objetivo: un nuevo traslado estropeará, seguro, las obras de forma definitiva y quizás irreparable. Hasta el abogado de los aragoneses ha dicho públicamente que vendrá a recoger las obras con un camión especializado, como si se trataran de sacos de patatas. Tanto se les dan las obras de arte, lo importante es humillar a Cataluña y premiar a los aragoneses que, de tener una identidad y un idioma propios y de haber defendido, hasta 1714, sus derechos, sus fueros y su autogobierno ante el rey de Madrid, sus autoridades y la inquisición castellana, Hay aragoneses enterrados en el Fossar de les Moreres, aragoneses que sabían qué estaba en juego, también en su país. Pero de estos aragoneses, al parecer, no quedan muchos.

Quizá Roma no pagaba a los traidores, pero Madrid, por lo visto, sí lo hace.

DIFUNDE !!! Gracias

Carles Camp


Cuentan con la complicidad habitual de los jueces españoles y, por tanto, se los llevarán. Pero el MNAC y la Generalitat no deben hacerse cargo del traslado, porque es altamente probable que se destruyan, según dicen los responsables actuales, que consten por escrito, certificados, pues, los diagnósticos actuales.

"Antes destrozados a que estén en Tierra extraña" (en catellà, claro!!!!)

Gonçal López Nadal


Los aragoneses no hablan catalán.

Pero tampoco hablan aragonés. (Como debe ser. Todos uniformados y firmas!!!)


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