31 octubre 2010

Marcelino Camacho, una buena persona


Marcelino Camacho, una buena persona, hombre, comunista y sindicalista.


Marcelino Camacho Abad, ex presidente de Comisiones Obreras y militante del PCE, nació en el pueblo soriano Osma la Rasa el 21 de enero de 1918. Hijo de un guarda agujas, sus primeros estudios los cursó en su pueblo, con el sacerdote Don Feliciano Oliva, quien quería que siguiera el sacerdocio. Posteriormente, realizó el aprendizaje para ingresar en los ferrocarriles.
En 1935, con 17 años, se afilió al Partido Comunista de España (PCE) y durante la guerra civil combatió del lado republicano contra los insurgentes en los frentes del Centro y del Sur.
Al finalizar la contienda, en marzo de 1939 fue detenido en Madrid, donde residía con una identidad falsa a nombre de José Marcelino González, y encarcelado en la provincia de Toledo, de donde escapó y volvió a Madrid para ser de nuevo apresado y conducido a la Prisión Provincial de Comendadoras. Fue acusado de pertenecer a UGT y de auxilio a la rebelión y condenado a 12 años de cárcel por un tribunal militar, cuyo veredicto fue revisado y reducido a seis años de prisión.
En 1941 quedó en libertad provisional y fue obligado a realizar trabajos forzados en Toledo y Tánger hasta que logró escapar a Argelia, desde donde continuó su actividad sindical dentro de la CGT francesa y la política con trabajos de propaganda del PCE.
En 1948 se casó con Josefina Samper Rosas, con quien tendría dos hijos: Yenia y Marcel.
Tras pasar algún tiempo en Francia, regresó a España en 1957 para trabajar en los talleres de la empresa Perkins Hispania y no tardó en ser elegido miembro de la Comisión Obrera Provincial del Metal, primera comisión obrera de Madrid.
Ocho años en la cárcel de Carabanchel
Su vida dará otra vuelta de tuerca el 28 de junio de 1966 cuando fue detenido y acusado de asociación ilícita y manifestación ilegal. El Tribunal de Orden Público decretó su ingreso en la cárcel de Carabanchel, en la que permaneció desde el 1 de marzo de 1967 hasta el 10 de marzo de 1972 y donde volvió nuevamente el 24 de junio siguiente, tras ser acusado, junto a otros compañeros, de formar parte de la Comisión Coordinadora General de Comisiones Obreras.
El fiscal del conocido como "Proceso 1.001" solicitó para todos ellos un total de 162 años de cárcel. Por esta causa, Camacho fue condenado a 20 años de prisión que, en febrero de 1975, el Tribunal Supremo redujo a seis años. Sin embargo, el 30 de diciembre de este último año salió de prisión con motivo del indulto real por la proclamación de Juan Carlos I como rey de España.
Con la Transición llegaría una nueva etapa para él. En 1976 fue elegido miembro del Comité Ejecutivo del PCE en una reunión del partido celebrada en Roma y en 1977 responsable del Secretariado de la Coordinadora General de CC.OO., durante la primera reunión de la Asamblea General del sindicato celebrada en Barcelona.
Fue elegido diputado del PCE por Madrid en las elecciones constituyentes de junio de 1977 y reelegido en las generales de marzo de 1979. Como diputado, fue miembro de la Comisión de Trabajo, pero el 10 de febrero de 1981 dimitió como parlamentario en protesta por el Estatuto de los Trabajadores y para dedicarse a su labor sindical en CC.OO. En línea con lo anterior, en 1982 también presentó su dimisión como miembro de la Ejecutiva del PCE para, según él, "reforzar la independencia de Comisiones".
Más de 60 años de lucha sindical
En marzo de 1983 anunció en Albacete su jubilación por cumplir la edad reglamentaria de 65 años, aunque agregó: "no me voy a retirar del trabajo sindical hasta que los trabajadores me digan que me vaya".
En octubre de 1984 algunos sectores de CC.OO. pidieron su sustitución como secretario general, que sin embargo no se llevó a efecto hasta 1987. En el IV Congreso de CC.OO fue sustituido en el cargo por Antonio Gutiérrez y pasó a ocupar la presidencia, que renovó en el V Congreso.
El 19 de enero de 1996, durante la celebración de un polémico VI Congreso, su candidatura a la presidencia de CC.OO. fue rechazada por 572 votos en contra, 366 a favor y 45 abstenciones.
Desde entonces ha participado en numerosas manifestaciones y actos de protesta contra la reforma del Pacto de Toledo, a favor de la jornada de 35 horas o contra la Guerra de Irak, entre otras, y ha recibido varios homenajes como el celebrado el 14 de septiembre de 2003 durante la vigésimo octava edición de la Fiesta del PCE junto a otros encausados por el proceso 1.001.
El 26 de enero de 2007 fue homenajeado por CCOO. como reconocimiento a sus más de setenta años de lucha a favor de los trabajadores, la democracia y la libertad en España. En 2008 fue objeto de varios homenajes y reconocimientos por su trayectoria sindical y política y el 22 de septiembre investido doctor "honoris causa" por la Univesidad de Cádiz.
Premios y reconocimientos
Camacho está en posesión de la Orden de primera clase "Lázaro Peña", del Consejo de Estado de la República de Cuba; la Medalla de Oro de los sindicatos de la RDA, primera y máxima distinción que los sindicatos alemanes concedieron a un español en reconocimiento a "su lucha en favor de la clase obrera y a su protagonismo en la historia del movimiento sindical"; la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, que le fue otorgada en 1983 y también es Profesor Honorario de la Universidad Complutense de Madrid, distinción con la que fue galardonado en 1989 en el transcurso de la inauguración de la Escuela de Relaciones Laborales.
También ha sido galardonado en 2004 con el Premio "Rafael del Riego" a las Libertades, por "toda una vida dedicada a la defensa de las libertades individuales y colectivas", así como el premio de la Fundación Abogados de Atocha (2006) y el "premio al reconocimiento" del Club Internacional de Prensa (2007).
Asimismo, es autor de los libros: Charlas en prisión, traducido a varios idiomas; España, una conquista de la democracia, y el autobiográfico Confieso que he luchado, que fue presentado en Madrid el 12 de noviembre de 1990.
Su trayectoria sindical y humana ha sido recogida en la biografía Marcelino Camacho y Josefina. Coherencia y Honradez de un líder, escrita por el filósofo Alfredo Gómez y la traductora japonesa Etsuko Asami y publicada en 2003.

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