12 noviembre 2024

Modelos de organización político-social. España, desde 1931 hasta ahora

Modelos de organización político-social:
Feudalismo. Caciquismo
Absolutista-Liberalismo
Fascismo-Nazismo-Franquismo
Capitalismo
Socialismo.

Cronología de los reyes y presidentes de España desde Carlos I hasta ahora

Historia desde el 12-04-1931 hasta ahora

El Feudalismo:

Fue el sistema político, jurídico, económico y social llevado a cabo durante la edad media en Europa, con el objetivo de proteger a la población de aquella época. Los reinos se dividían en pequeños territorios semi-independientes, en los que el señor proporcionaba protección a sus vasallos a cambio de tributos y trabajo en sus tierras. Los señores feudales eran nobles o miembros de la iglesia y tenían una relación de dependencia más o menos fuerte con el rey de cada región. Algunos de sus aspectos se prolongaron hasta el final de la Edad moderna.

 
Orígenes del feudalismo:

Durante el Bajo Imperio Romano, la vida urbana decayó, en ella  se convertirán los esclavos en colonos, personas libres pero vinculadas a la tierra. objetivo preferente de las incursiones bárbaras, pero también va asociado a la escasez de moneda, a su continua pérdida de valor ya su poca circulación. El fin de la expansión romana, además, había provocado una cierta escasez de esclavos. y, como consecuencia, un aumento económico de éstos, por lo que hubo que buscar otra alternativa que asegurara hasta cierto punto la estabilidad de la mano de obra, y en ese sentido vincularla a la tierra era una buena opción.

Se puede considerar el feudalismo teniendo primero en cuenta aquella parte de la sociedad que se ubica en el primer escalón de la pirámide social, es decir, los campesinos (y los que abandonan la ciudad), los cuales buscan seguridad y la encuentran en el vasallaje. Pero también se puede considerar desde el primer escalón, por el clientelismo merovingio y carolingio, que veía una forma de asegurar el poder y de obtención de mano de obra por trabajar los grandes latifundios.

En cualquier caso, parece claro que la génesis del feudalismo se encuentra en las primeras clientelas merovíngeas, que generalizan el beneficio y la tendencia a convertir a los latifundios del Bajo Imperio en dominios señoriales. El beneficio o beneficium era una institución romana consistente en la otorgación. por parte de un individuo del dominio y el disfrute de un bien a otro. Este bien solía ser una tierra, pero también podía ser un cargo o un derecho. Su duración podía ser indefinida, pero siempre era de carácter personal y, por tanto, acababa en cualquier caso con la muerte de uno de los dos implicados: además era muy fácilmente revocable. trataba de una forma habitual de premiar a los veteranos de guerra, dándoles tierras en regiones fronterizas, de modo que al mismo tiempo se reforzaba la dominación romana sobre esa zona; de un premio a posterior y, por servicios prestados. Los merovingios empezarán a darlo a priori, como recompensa a la fidelidad.

En los siglos VIII-IX, en época carolingía, las numerosas guerras civiles multiplicarán el número de guerreros y vasallos, y será en este contexto que se produzca la unión de vasallaje y beneficio, ya que éste ya no se dará por los servicios prestados, sino por asegurar la fidelidad, de esta forma cuando se le necesite acuda, o, incluso, para pagar a los funcionarios ante la escasez de moneda.

Carlomagno crea la figura del vaso dominicio, el vasallo del señor, pero éstos crearán a su vez sus propios vasallos, lo que debilita al imperio, que se va atomizando a la vez que los súbditos son sustituidos por vasallos. en un principio la unión de vasallaje y beneficio lo será de facto, con el tiempo se convertirá en iure. señorial, basada en que el dominio sólo dependiera del señor. Es también ahora cuando aparece el juramento de fidelidad.

Una vez esto haya ocurrido, el sistema feudal se consolidará. En el siglo X el beneficio será sustituido por el feudo, aparecerá el homenaje, aumentará la complejidad del contrato... pero para muchos historiadores el momento clave es el 877, cuando el beneficio se ha vuelto hereditario.

Características del Feudalismo:

- Una sociedad dividida en tres clases sociales diferenciadas: la nobleza, el clero y el Tercer Estado o el estado plano: los trabajadores o los siervos.
- La construcción de castillos amurallados.
- Una economía basada en la agricultura y la ganadería.
- Las guerras frecuentes por la disputa de los territorios.
- Cada noble llega al dominio casi total de las tierras bajo su jurisdicción. El poder del rey quedó limitado a los territorios que controlaba directamente, como un noble más.
- Los nobles aceptaban la primacía del rey mediante un pacto llamado vasallaje.
- Los nobles se convertían en vasallos del rey en una ceremonia llamada homenaje, en la que, arrodillados y besando la mano del monarca, le juraban fidelidad, ayuda militar y consejo al gobierno.
- Por su parte, el rey hacía la investidura, en la que cedía una porción de tierra, el feudo, a su vasallo.
- Los nobles podían tener vasallos propios. Éste les otorgaba un feudo más pequeño.
Así, se formó una cadena de enlaces personales entre el rey y los vasallos. Este sistema provocó frecuentes guerras.


El Caciquismo:

Sistema político por el que una democracia parlamentaria es falseada por la manipulación electoral ejercida por personas influyentes (los caciques), que sirven de enlace entre la oligarquía que detiene al poder y los habitantes de sus localidades y, especialmente, al campo. El cacique compra la voluntad de los pajes o habitantes del pueblo bien comprándola mediante favores o, incluso, amenazando. A cambio los "clientes" hacían lo que les demenaba el cacique (básicamente votos en las elecciones).

En España la corrupción y la falsificación de las elecciones llegó a dominar la vida política municipal, provincial y parlamentaria durante la Restauración (1874-1931), especialmente a partir de la instauración del sufragio universal (1889), en el que las viejas oligarquías lo utilizaban para evitar cambios radicales en la estructura del poder. El cacique local era normalmente un hombre con poder económico, intelectual o moral sobre una comunidad y bien relacionado con la administración. Por encima estaba el cacique del distrito, que controlaba y hacía elegir al personaje previamente designado. El gobernador civil, cargo de nombramiento directo del ministerio de gobernación, exigía a los caciques el cumplimiento de las consignas del propio partido (liberal o conservador), a cambio de ayudarle de varias maneras a los caciques elegidos. A menudo el poder del cacique era tal que imponía con facilidad su voluntad; pero a veces había que acudir a la compra descarada de los votos, y aún al pucherazo (hacer votar a los muertos, privar de voto a ciertos individuos, eliminar paquetes de sufragios e invalidar la elección, si había fracasado). El desastre colonial de 1898, las críticas de los intelectuales (Joaquín Costa, Emilia Pardo Bazán, Benito Pérez Galdós), la acción de los nuevos partidos (republicanos, regionalistas, nacionalistas, reformistas y socialistas), las elecciones de 1901 (ganadas por los socialistas en Asturias y por los catalanistas en Cataluña) y la ley electoral de 1907 iniciaron la bajada del caciquismo, mantenido sólo en las zonas rurales, hasta que fue destruido como institución por suspensión del parlamentarismo durante la Dictadura (1923-30).


Características del Caciquismo:

- Es un entramado de relaciones sociales que definían la vida política, básicamente, durante los años de la Restauración borbónica en España.
- Manifiesta la influencia de los caciques en una sociedad de clientelas
- La principal característica del caciquismo español fue la concreción electoral.
- El sistema caciquil tuvo su principal fortaleza en el mundo agrario, aunque también actuó, aunque en menor medida, en el urbano.
- Las tierras de la Meseta central y del Sur de la Península resultaron ser el campo abonado donde creció con mayor comodidad el caciquismo
- El cacique compra la voluntad de los pajes o habitantes del pueblo bien comprándola mediante favores o, incluso, amenazando. A cambio los "clientes" hacían lo que les demenaba el cacique (básicamente votos en las elecciones).
- Esta organización caciquil se desarrolla a tres niveles: en el campo, en el municipio y en la región.


Absolutismo y Liberalismo (aplicado en España):

- Qué era el liberalismo y cómo se difundió.
- Qué fue la Guerra de la Independencia y qué tarea hicieron las Cortes de Cádiz.
- Los distintos gobiernos que hubo en España entre los años 1814 y 1902: de la monarquía absoluta a la monarquía parlamentaria.
- Cuáles eran las opciones políticas de la época.

 
En la Edad Moderna europea se había impuesto la monarquía absoluta, una forma de gobierno en la que el rey concentraba todo el poder y estaba apoyado por los estamentos privilegiados (nobleza y clero).
A lo largo del siglo XVIII surgieron una serie de ideas (Ilustración) que defendían la necesidad de acabar con los privilegios de nobles y clero, y el derecho del pueblo a elegir a sus gobernantes.
Las ideas de la Ilustración influyeron en la burguesía, un grupo social con educación y riquezas pero sin poder. Defendieron el liberalismo y se organizaron para acabar con el absolutismo.
En 1789 estalló la Revolución Francesa. Los ciudadanos franceses pusieron fin a su monarquía absoluta y empezaron una nueva forma de gobernar basada en la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, el respeto a la Constitución, el derecho de voto y la división de poderes.

 
Los principios básicos del liberalismo son:
Libertad.
Igualdad.
Constitución.
Soberanía nacional.
División de poderes.

Guerra de la independencia:

Tras la Revolución Francesa, Napoleón Bonaparte gobernó en Francia y quiso imponer a Europa los principios de la rebelión. Con un ejército poderoso, derrotó a muchos monarcas absolutos europeos y formó un gran Imperio.
En 1808 invadió España para conquistar Portugal, destronó a Fernando VII e impuso a José I (su hermano) como nuevo rey de España.
El ejército español y los guerrilleros (población civil) se enfrentaron a los invasores franceses (Batalla de Bailèn). Después de seis años de guerra, los españoles derrotaron a las tropas de Napoleón, que a finales de 1813 iniciaron la retirada.
En 1814 Fernando VII regresó al trono español.
Ante la invasión francesa, los españoles adoptaron actitudes distintas:
Afrancesados, que colaboraron con los franceses.
Patriotas absolutistas (eran partidarios de mantener el absolutismo) y patriotas liberales (querían implantar el liberalismo en España).

Viva la Pepa:

Ante la ocupación militar francesa y el vacío de poder en España, los patriotas organizaron unas juntas para gobernar el país.
En 1810, las juntas se reunieron en la ciudad de Cádiz, única que no había sido ocupada por las tropas francesas, para redactar y aprobar la primera Constitución española. Se aprobó el 19 de marzo de 1812.
Se recogen los principios básicos del liberalismo, destacando la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial).

Reinado de Fernando VII. Absolutismo. (1814-1833):

Cuando Fernando VII regresó al trono español clausuró las Cortes, anuló la Constitución y derogó las leyes aprobadas en Cádiz. Fue la vuelta al absolutismo.
La mayoría de colonias americanas, que no aceptaron el retorno del absolutismo, y con la influencia de la Revolución Francesa y de la emancipación de Estados Unidos, empezaron el proceso para conseguir la independencia.
En 1824 sólo seguían bajo dominio español Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
Durante el reinado de Fernando VII, los liberales intentaron imponer sus ideas. Pero no fue hasta 1820, cuando triunfó un pronunciamiento liberal impulsado por el coronel Riego, que el rey aceptó la Constitución de 1812. De 1820 a 1823 se dio el Trienio Liberal.
En 1823 el rey impuso de nuevo el absolutismo.
En 1830 el monarca anuló la Ley sálica (que prohibía reinar a las mujeres) para que su hija mayor pudiera gobernar.

Reinado de Isabel II. Liberalismo (1833-1868):

Los absolutistas no aceptaron la proclamación de Isabel II y apoyaron al niño Carlos, hermano de Fernando VII, para sucederle al trono.
En 1833 estalló la primera guerra carlista entre carlistas (partidarios del infante Carlos) e isabelinos (liberales que apoyaban a la reina Isabel). El conflicto terminó en 1840 con el triunfo de los liberales.
El nuevo gobierno liberal convirtió a España en una monarquía liberal constitucional y parlamentaria, estableciendo el sufragio censatario.
Con la implantación del liberalismo nacieron distintos partidos políticos: Liberal. Demócrata. Republicano.

Características del absolutismo:

- Concentración del poder. La autoridad real era absoluta. Pérdida de poder por parte de la nobleza. - Instituciones y burocracia real. - Ejércitos permanentes. - Soberanía por mandato divino. - Sociedad estamental: los nobles, el clero y los comunes.
- Mercantilismo: Doctrina económica que sostenía que la riqueza del reino se basaba en la acumulación de metales preciosos (como el oro y la plata).

Fascismo-Nazismo-Franquismo:

El fascismo, el nazismo y el franquismo han sido tres sistemas, y una misma ideología, que han marcado profundamente la historia contemporánea europea, siendo protagonistas de auténticas barbaridades.
Veamos sus rasgos fundamentales y cómo surgieron. Fascismo y nazismo (o nacionalsocialismo):
Son dos ideologías hermanas con muchas cosas en común aunque también con ciertas diferencias importantes. Aunque a veces se usan indistintamente, es necesario conocer bien su origen y forma de hacer. Ambas serían protagonistas del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

Ideas Generales:

- El fascismo, nazismo y franquismo establecen un solo partido que gobierna sin necesidad de ir a ningún tipo de elecciones.
- Los militantes y seguidores son incondicionales de un líder que es el jefe del partido y jefe del Estado. Por tanto, quedan prohibidas las actividades y propaganda de otras agrupaciones políticas y cualquier crítica hacia el sistema totalitario o el partido.
- La patria es la entidad superior, la cual debe adorarse.
- El control es militarista y violento en el interior del país y belicista en el exterior
- Se menosprecia la razón y el intelectualismo. Esto da lugar a demenciales teorías de supremacismo racial o nacional.
- El sistema totalitario fomenta el elitismo de la sociedad y la no participación del grosor de la población en la política, es decir, la recuperación del dominio de una clase privilegiada. Mussolini llegó a decir: "El estado de todos se convertirá de nuevo en el estado de unos pocos".
- El control se extiende a la prensa, la educación, el arte y la cultura.
A diferencia del comunismo, otro sistema totalitario basado en el socialismo marxista que hizo fortuna en el siglo XX, especialmente en Rusia y China, el fascismo y el nazismo basan su economía en el capitalismo y la propiedad privada. Pero no defienden un capitalismo liberal con el exterior, sino un capitalismo extremadamente regulado. El proteccionismo es también una característica marcada, ya que se intenta convertir el país en una economía autosuficiente. Hablamos, pues, de un capitalismo ultranacionalista distinto al que existe hoy en los países occidentales.
La cuna de ambas ideologías fue el miedo a la burguesía y clases altas al comunismo que lo petaba en Rusia a raíz de la revolución bolchevique de 1917, unida a una situación de pobreza y marginación por parte del resto de potencias europeas.
Dos pequeñas diferencias entre el fascismo italiano y el nazismo alemán son que el primero contenía dos poderes con los que convivió: el rey y el Vaticano; y que el racismo no era tan prioritario ni drástico como en el caso alemán.

Algo en común y visualmente muy característico era el saludo con el brazo extendido ligeramente hacia arriba y la mano abierta con la palma hacia abajo. Los italianos decían que era el saludo típico que hacían los romanos a sus líderes, mientras que los alemanes decían que se habían inspirado en un saludo que se realizaba a los reyes germánicos medievales. La realidad es que no existe prueba de ninguna de las dos teorías. El saludo empezó a aparecer por primera vez en pinturas del siglo XVIII y con el tiempo se la relacionó con la política y el ejército. En el caso italiano, sería Gabriele de Annunzio quien haría que sus soldados lo usaran en 1919, y Mussolini le tomaría la idea. Parece que Hitler simplemente copió y adaptó el saludo fascista.
A pesar de que la ideología de los nazis se llamaba nacionalsocialismo, nada tenía que ver con el socialismo marxista o comunismo. De hecho, en aquella época había partidos políticos de otros países con ese concepto integrado que podían ser tanto de derechas como de izquierdas. Los nazis promulgaban la revolución social para los alemanes, rechazando tanto la derecha tradicional del momento como la izquierda que se estaba intentando consolidar de tipo revolucionario. Se veían a sí mismos como una tercera vía, que hoy la relacionamos popularmente con la extrema derecha. 

 
Características del fascismo-nazismo-franquismo:

- Es un movimiento político e ideológico nacionalista y militarista, combativo y violento, que exalta las nociones de patria, nación o raza en detrimento de las minorías, los extranjeros y todo aquel considerado distinto.
- Apela a valores como el patriotismo, la lucha, el sacrificio, el predominio del Estado por encima del individuo y la pureza moral, ideológica, nacional o racial real o ficticia.
- Suele representarse como heredero de un pasado glorioso a recuperar, como el Imperio romano en el caso del fascismo italiano y franquismo español o la historia y la mitología hermanas en el caso del nazismo alemán, cosas que suele promover actitudes expansionistas.
- Fomenta la organización de fuerzas armadas irregulares o paralelas (como los "camisas negras" italianos y los "falangistas" españoles), que se ocupan de perseguir a sus adversarios y someter a la sociedad a un estado de miedo o amenaza.
Propone un modelo de Estado de partido único, totalitario y autoritario, que controla todos los niveles de la sociedad y está construido en torno a la idea de la infalibilidad de un líder carismático, al que se rinde culto mediante un aparato elaborado de propaganda.
En términos ideológicos, suele proponerse como una alternativa al liberalismo burgués y al socialismo obrero, para lo que propone la regulación estatal de las relaciones sociales mediante el intervencionismo económico y, en algunos casos, el corporativismo (es decir, gestión estatal de las relaciones entre empresarios y trabajadores).

El fascismo italiano:

Aunque Italia fue uno de los países ganadores de la Primera Guerra Mundial, no sacó demasiado provecho en comparación con los demás vencedores. La situación que quedaba en el país era muy difícil, con 600.000 muertes en combate y enormes deudas. La sensación era de victoria tullida. Ante este panorama, el Partido Socialista empezó a progresar y ganar cada vez mayor apoyo entre la población. Los propietarios de las fábricas veían cómo los obreros se organizaban más que nunca y sintieron miedo a una posible revolución comunista. Tanto las clases altas como la pequeña burguesía sufrían por su futuro y esperaban a un líder capaz de frenar los acontecimientos que parecían acercarse.


En 1919 Benito Mussolini fundó las Fasci Italiani di Combatitimento, un movimiento político y paramilitar que reunía a veteranos de guerra. A pesar de tener un pasado vinculado al socialismo, Mussolini cambió su ideología y la fue puliendo convencido finalmente de que la única manera de devolver la gloria a Italia era por medio de la producción, el capitalismo, el nacionalismo y la fuerza.

Fascio es el plural de fascio, que significa 'haz', en este caso referido a un haz de varas, símbolo de la autoridad republicana de la antigua Roma. En sentido figurado significaba 'liga'. Si cada vara sola era frágil, la unión de todas ellas formaba un poderoso conjunto. El término fascio volvió a surgir después de la unificación italiana y tuvo distintas aplicaciones a lo largo del tiempo. Por último, quedaría asociado a la dictadura de Mussolini.
El fascismo que creó Mussolini ganó rápidamente el apoyo de los propietarios de tierras y fábricas, del ejército y de muchos jóvenes con ganas de aventuras. Los Camisas Negras, el brazo paramilitar del movimiento, inició una dura persecución de cualquier considerado oponente. La presión fue tal, que cuando los seguidores de Mussolini protagonizaron la famosa Marcha sobre Roma, el rey Víctor Manuel III permitió que el líder fascista fuera nombrado jefe de gobierno. Aunque en 1924 se celebraron elecciones, las tácticas terroristas de los fascistas y el apoyo financiero de las élites hizo que el partido de Mussolini ganara por mayoría absoluta. Durante los dos años siguientes, el Duce ('líder' o 'jefe') desmontó de arriba abajo el sistema parlamentario y formó un gobierno de partido único hecho a medida.

En 1927 Mussolini creó la Organizzazione por la Vigilanza de la Represión del Antifascismo (OVRA), que dejó en manos de Arturo Bocchini, uno de sus más fieles seguidores. La OVRA, como policía secreta, se encargaba de investigar y reprimir a cualquier persona u organización contraria al fascismo.

En la educación, el sistema se edificó sobre la adoración en el Duce y la enseñanza de los valores italianos más tradicionales. Los profesores debían llevar camisa negra y en las universidades debían hacer el juramento de fidelidad del régimen (solo 13 de 1250 se negaron).

Las industrias debían ser corporaciones con autogobierno en las que se podían negociar hasta cierto punto las condiciones de los obreros pero sin recurrir al derecho a huelga ni a cierres. El fascismo se alió con el gran capital y respetó escrupulosamente la propiedad privada. También contó con el apoyo de la media y pequeña burguesía, que veían en el Duce la oportunidad de conservar su posición o incluso elevarla. Además, el fascismo reconoció la soberanía de la Santa Sede en el Vaticano y el catolicismo como única religión oficial del estado.

 

El Nazismo alemán:

Después de la Primera Guerra Mundial, Alemania estaba sufriendo muchas penalidades, sobre todo por ser su gran perdedora. El Tratado de Versalles de 1919 imponía al nuevo régimen político, la República de Weimar, unas sanciones vistas como una humillación sin precedentes. Alemania debía desarmarse casi por completo, debía devolver numerosos territorios a los países vecinos y debía pagar una enorme cantidad de dinero en forma de reparaciones de guerra. El resultado fue un estancamiento de la industria y una crisis económica agravada por el Crack del 29, la caída de la Bolsa de Wall Street que afectó también a Europa.

El Crack del 29 hundió del todo a la economía alemana, que era mucho más débil que el resto de economías europeas. La situación era tan dramática como propicia para que la población se radicalizara o hacia la izquierda o hacia la derecha. En ese punto entraría en escena el Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores, el partido nazi, con el carismático Adolf Hitler al frente.

El partido nazi había sido creado en 1919 por Anton Drexler con el nombre de Partido de los Trabajadores Alemanes. En un principio, era sólo un pequeño grupo de hombres amantes de la política y cerveza que se reunían para intercambiar opiniones. En 1920 Hitler se afilió y en pocos meses se hizo con el control hasta el punto de cambiarle el nombre para integrar el concepto de nacionalsocialismo.

Hitler, un antiguo jefe austríaco de la Primera Guerra Mundial, supo ganarse el apoyo tanto de los capitalistas como de los intelectuales. La corriente política que inició fascinaba a mucha gente. Predicaba la superioridad del pueblo alemán aumentando la autoestima de la gente y daba una gran seguridad en una época oscura y sin esperanza.

El 8 de noviembre de 1923, Hitler con la ayuda de sus fieles y fuerzas paramilitares afines, puso en marcha un golpe de estado inspirándose en la Marcha de Roma de Mussolini. Pero las cosas no salieron como esperaba y tuvo que huir y esconderse. Cuando lo encontraron, fue encarcelado y posteriormente juzgado por alta traición. La condena sería sólo cinco años de cárcel. La prensa no podía creerlo y el escándalo estaba servido. El juez Neithardt había impuesto la pena mínima diciendo que Hitler y los suyos habían actuado "con un ánimo puramente patriótico y por los motivos más nobles y desinteresados".

En la cárcel Hitler era tratado como un héroe por los reclusos y los guardias. Así que lo aprovechó para escribir el famoso Mein Kampf (Mi lucha), la biblia del nazismo. Una vez libre, se presentó a las elecciones para ser canciller. Y las ganó dos veces en 1932 con más del 30% de los votos. Por último, el presidente alemán Hindenburg nombró a Hitler canciller el 30 de enero del año siguiente. Después de años de inestabilidad y unas cuantas elecciones, era necesario formar un gobierno que aspirara a una cierta estabilidad. Hitler puso en marcha un proyecto de manipulación del sistema político alemán con los medios permitidos según la ley, siempre con la idea de destruir la democracia alemana y constituir una dictadura.

Hitler veía cómo su popularidad aumentaba gracias a sus discursos ultranacionalistas, así que proclamó unas nuevas elecciones para marzo de 1933. Su partido sería el ganador con el 47% de los votos. En agosto de 1934, el presidente Hindenburg murió, hecho que Hitler aprovechó para proclamarse a Führer (líder) de Alemania. El Tercer Reich había empezado.

Con los gobiernos locales suprimidos, la disolución de los sindicatos y partidos políticos contrarios, y las continuas purgas en todos los ámbitos de la sociedad, Hitler tenía ya su dictadura. Los medios de comunicación fueron intervenidos, la libertad civil desapareció y los judíos fueron perseguidos sin piedad. El régimen defendía e imponía teorías científicas, raciales y lingüísticas absolutamente descabelladas que lograron engatusar enormes sectores de la sociedad.

La propaganda del régimen estaba dirigida por Goebbles y un ministerio que en pocos meses ya contaba con 14.000 funcionarios. El parlamento estaba constituido sólo por fieles del sufrido nazi. Las milicias del partido, las SS, actuaban como policía de control. Los jueces ejercían según las directrices del gobierno. Y todos los integrantes de la administración civil y militar debían realizar el Juramento de Fidelidad al Führer. Hitler tenía en sus manos un régimen que podía durar 1.000 años, tal y como predicaba entusiasta frente a decenas de miles de personas.

Hitler se pasó por la entrepierna el Tratado de Versalles, lo que le permitió reactivar la industria y la creación de nuevas infraestructuras. También puso en marcha un programa de rearme. Todo ello redujo drásticamente el paro. La esperanza y la ilusión brillaba a los ojos de los alemanes que veían en el Führer a su salvador. Pero los planes del nazismo incluían irremediablemente el expansionismo en favor de un nuevo imperio alemán que llevara a la raza aria a dominar el mundo occidental.

Capitalismo:

El capitalismo es un sistema económico en el que los medios de producción son, en mayoría, propiedad privada, y en el que el capital se invierte en la producción, distribución y el comercio de los bienes y servicios para obtener ganancias o el beneficio máximo en un mercado libre y competitivo.

Sistema o modo de producción caracterizado por la técnica avanzada (generalización de las máquinas), la propiedad privada de los medios de producción y la búsqueda del máximo beneficio (motor del sistema).
La técnica avanzada exige utilizar medios de producción de coste elevado, lo que no está al alcance de todos, por lo que la propiedad privada de estos medios significa propiedad de algunos y no propiedad del resto de la población, que se ve forzada a vender a los primeros su fuerza de trabajo. Quedan así configuradas dos posiciones en el proceso de la producción, las cuales dividen a la sociedad fundamentalmente en dos clases: capitalista (los poseedores) y proletariado (los no poseedores), con desigual participación en la distribución de los bienes y con intereses objetivamente antagónicos. Notas básicas del sistema son: el carácter jurídicamente libre de la mano de obra, el control por los propietarios del capital de la empresa y, por tanto, del destino de los productos, y la orientación de las decisiones económicas por el mercado. De ahí que el sistema recibe los nombres de capitalista, libre empresa, economía de mercado o régimen de trabajo asalariado, casi equivalentes.
El papel del estado en el capitalismo es siempre un papel económico subsidiario, que ha evolucionado desde una mera custodia de la libre circulación de las mercancías a cierta regulación activa que puede incluir la dirección de la acción exterior de los capitalistas y una planificación indicativa, junto con la asunción de ciertas labores productivas mediante un sector de empresas de propiedad estatal. Queda siempre un campo esencial de la actividad económica al azar de las decisiones individuales de los capitalistas y de la competencia más o menos imperfecta entre ellos, donde nacen crisis por mala utilización de los recursos sociales que superan el nivel de simples ajustes.

 
Teorías sobre el capitalismo:

Las primeras formulaciones teóricas sobre el capitalismo contemplaban un sistema constituido por numerosas y pequeñas empresas en dura competencia e insistieron en la existencia de leyes naturales que regían la vida económica: oferta y demanda se ajustaban recíprocamente, los precios tendían al nivel de los costes, los sectores económicos se autorregulaban por el libre flujo de capital y trabajos, los salarios y la población obrera mantenían un equilibrio cíclico, etc. Ninguna interferencia podía mejorar el sistema, ya fuera éste contemplado con ojos optimistas o pesimistas. Este paradigma, formulado por Adam Smith en The Wealth of Nations (1776), fue sustentado por toda la escuela clásica. Pero el propio Smith ya creía que la abundancia cada vez mayor supondría la caída de los beneficios y, por tanto, la entrada en un “estado estacionario”. Esta estagnación muy a largo plazo también fue prevista por Malthus, Ricardo y McCulloch. John Stuart Mill era contrario al crecimiento económico sin fin por la “lucha incesante” que suponía, y deseaba la sustitución del capitalismo por el cooperativismo. Sin embargo, el sistema capitalista empezó a ser sometido a crítica, en principio bajo una perspectiva puramente ética, por los autores preocupados por la situación de la clase trabajadora, agrupados con el nombre genérico de socialistas utópicos (s. aint-Simon, Fourier, Blanco , Proudhon, etc.).
Profundizando críticamente en la metodología de la escuela clásica, Marx y Engels desarrollaron un estudio riguroso del capitalismo. La clave del sistema es la generalización de las mercancías. El esquema mercancía-dinero-mercancía (M-D-M) fue sustituido por el esquema dinero-mercancía-dinero incrementado (D-M-D’). Este incremento se debe a la utilización de una mercancía —la fuerza del trabajo— que tiene la calidad de producir un valor superior al propio valor, a su coste de reproducción. El capitalista se apropia de la diferencia entre valor de la mercancía producida y salario (valor de la fuerza de trabajo), es decir, la plusvalía. El capital se compone de capital fijo (maquinaria, edificios, materias primas) y capital variable (demasiado de los salarios), con tendencia al progresivo aumento de la proporción del primero. Esta modificación de la composición orgánica del capital conduciría a un decrecimiento de la tasa de ganancia o porcentaje de beneficio, a no ser que la tasa de plusvalía (relación plusvalía — capital variable) aumentara indefinidamente en la proporción necesaria para compensarlo. Sin embargo, la tasa de plusvalía tendría un límite, y entonces la tasa de ganancia tendería a la baja. En consecuencia, el capitalismo no sólo tendría crisis, sino que aun sería condenado a desaparecer. El proletariado incidiría en esta crisis objetiva provocando el derribo del sistema, que sería sustituido por el socialismo, modo de producción más adecuado al desarrollo de las fuerzas de producción, a la vez que expresión de los intereses de clase del proletariado.
Los marxistas se dividieron entre quienes acentuaban el carácter fatalista de la desaparición del capitalismo (reformistas) y quienes acentuaban la necesidad de la praxis revolucionaria del proletariado. Hilferding, Luxemburgo y Lenin analizaron la evolución posterior del capitalismo. En la formulación de Lenin, el imperialismo, etapa superior del capitalismo, se caracteriza por el máximo desarrollo de la concentración de capital, el papel decisivo de los monopolios y su asociación internacional, la fusión del capital bancario con el industrial y el reparto del mundo entre las potencias capitalistas. Preocupado como Sombart por el origen histórico y la mentalidad predominante en los sistemas económicos, Max Weber señaló la importancia de la ética protestante (siglos XVI-XVII) en la aparición del capitalismo, por cuanto las virtudes de austeridad proclamadas por el calvinismo , junto con la convicción de que la riqueza era un signo de predestinación, habrían favorecido el ahorro y la reinversión típicos del comportamiento de los primeros burgueses capitalistas; Schumpeter presentó un modelo no marxista del pronóstico pesimista respecto al capitalismo. Para él, no era el fracaso, sino el éxito del capitalismo lo que, minando su base, le sentenciaba. Disminuiría la importancia de las funciones de los empresarios, se destruirían los estratos y las instituciones protectoras y se crearía una atmósfera de hostilidad a la vez que los móviles burgueses se convertirían en inalcanzables. El fin del capitalismo daría paso al socialismo, pero éste era culturalmente indeterminado. Hansen, dentro del keynesianismo, insistió en que la insuficiencia de la inversión para absorber el ahorro llevaría a la estagnación. Además, había tres factores que lo acentuaban: merma del crecimiento demográfico y de las innovaciones técnicas y más lenta expansión geográfica. Para evitar la llegada a la estagnación, sería necesaria una política estatal activa. Varios autores han atribuido significaciones profundas a las modificaciones sufridas por el capitalismo en los últimos tiempos. Así, Burham o Means insistieron en la separación entre capital y gestión. Galbraith presenta la existencia, en el capitalismo americano, de poderes compensatorios frente a los monopolios.
Otros autores han sugerido que la planificación indicativa y, en general, la política anticíclica, la extensión del sector público, el aumento del nivel de vida y el sindicalismo de integración convertirían al capitalismo actual en un sistema bien distinto del capitalismo clásico. Estas tesis no son compartidas por quienes subrayan el control monopolista de la acción gubernamental, la persistencia de una fuerte desigualdad en la distribución de la propiedad y la renta, la carga de las medidas anticíclicas sobre la población asalariada y la transferencia de la explotación a escala internacional.

Ventajas del sistema capitalista:

Innovación y eficiencia
Crecimiento económico
Optimización de recursos
Libertad de consumo

Desventajas del sistema capitalista:

Es un gran agitador de las guerras y muestra una insensibilidad frente a las personas y la naturaleza.
Pone frente a la libertad propia por encima de los derechos humanos.
Desigualdad económica y oportunidades.
Explotación laboral.
Problemas ambientales: Degrada los ecosistemas, contamina el aire y el agua y agota recursos naturales.
Carencia de acceso a bienes y servicios básicos: los individuos con menos recursos están limitados a la hora de acceder a servicios básicos como la educación y la salud.

El socialismo:

Conjunto de doctrinas que, en oposición al individualismo, propugnan una reforma radical de la organización de la sociedad por la supresión de las clases sociales mediante la colectivización de los medios de producción, cambio y distribución. Bien que el término fue empleado por primera vez en la prensa francesa hacia 1832, para calificar a los seguidores de Saint-Simon (saintsimonismo), y también en Inglaterra, designando a los discípulos de Robert Owen, la idea socialista tenía una larga historia en la tradición utópica anterior, desde Platón a los anabaptistas y desde Thomas More a los Levellers, pasando por Francis Bacon o Rousseau. Ya en el siglo XX, el socialismo utópico, espoleado por la revolución industrial inglesa y por la Revolución Francesa, se desarrolló en Francia, representado por Saint-Simon, Fourier, Louis Blanco, Proudhon, Cabet, Leroux, Considérant, Blanqui, etc. ; en Gran Bretaña, con Spence, Owen, Hetherington y otros; y, menos intensamente, en Alemania y la península Ibérica, donde tuvo mucha importancia el grupo fourierista madrileño, que, animado por Fernando Garrido, José Ordax Avecilla y Sixto Cámara, publicó, entre 1847 y 1850, varios periódicos. Sin embargo, dejando aparte algunos experimentos asociacionistas o colectivistas de resultados poco felices —por ejemplo, los ensayos icarianos en EEUU—, cabe decir que durante los dos primeros tercios del siglo XIX, el socialismo quedó al nivel de la especulación inteligencia intelectual y que ninguno de los portavoces de esta doctrina tuvo un sentido de la historia ni una conciencia realista de la política de su tiempo. 
 

Sólo con la difusión de las teorías de Karl Marx y Friedrich Engels fue superado este estadio utópico y apareció el socialismo científico, que no se limitaba ya a denunciar las injusticias sociales ya imaginar sociedades ideales perfectas, sino que partiendo del análisis de los mecanismos económicos que regían las sociedades y de una visión científica de la historia, se proponía transformar la realidad y acelerar el triunfo ineluctable del socialismo. En el Manifiesto del Partido Comunista (1848) y en el resto de su producción (marxismo), Marx y Engels subrayan la importancia capital del antagonismo entre burguesía y proletariado en la nueva sociedad industrial contemporánea, y afirman que sólo el proletariado puede poner fin a la anarquía de la producción apoderándose del estado moderno —instrumento en manos de la burguesía— y aboliendo el modo de producción capitalista y las relaciones de propiedades burguesas. Marx preveía también un desarrollo en dos fases de su doctrina: primero, la “revolución democrática” o victoria de las clases medias sobre los últimos vestigios del feudalismo; lograda así la plenitud del sistema capitalista y la democracia política, vendría la “revolución socialista” o victoria económica del proletariado, el cual asumiría la propiedad de los medios de producción, y sería el comunismo, en este esquema, el estadio final y culminante de todo el proceso, el reino indefinido de la paz, la libertad y la igualdad, donde el gobierno sería sustituido por una administración voluntaria y carente de elementos coactivos. En las Islas, donde había grupos socialistas en torno al periódico El Obrero Balear desde el a principios del siglo, el PSOE conoció en los años 1920-21 una fuerte crisis interna, a raíz de la escisión comunista, que arrastró a gran parte de las juventudes; gracias a Llorenç Bisbal, el partido se mantuvo, reducido a las agrupaciones de Palma, Llucmajor y Manacor, con una línea moderada y legalista, cooperativista y mutualista. Menorca contaba, sin embargo, con una mayoría obrera socialista. Con la proclamación de la República, el socialismo isleño creció, tanto el partido como la Unión General de Trabajadores de Baleares, pero tuvo también escisiones y, debido a sus compromisos con el poder, se vio a menudo desbordado por sindicalistas y comunistas, mientras se dibujaba el predominio interno del sector caballerista. También en el Principado el cambio de régimen favoreció la reorganización del USC y de la Federación Socialista Catalana, las cuales participaron en el gobierno de la Generalitat y, sobre todo la primera, lograron un papel muy importante en el ámbito político, sin embargo, pero , poder rivalizar con la CNT en el terreno sindical. En 1933 tuvo lugar un frustrado intento de fusión de las dos alternativas socialistas catalanas, y ambas entraron a formar parte de la Aliança Obrera; pero es después del Seis de Octubre que tanto la Unión Socialista como la Federación Catalana del PSOE, en una evolución izquierdista que las acercaba a los postulados de la Tercera Internacional, se sumaron al movimiento unificador de las fuerzas obreras que desembocó, apenas estallada la Guerra Civil, en la formación del Partido Socialista Unificado de Cataluña, adherido a la Internacional Comunista. Este hecho, excepcional en la historia del movimiento obrero europeo, junto con el triunfo parcial de la rebelión militar en las Islas y la pérdida de la iniciativa política del PSOE valenciano a manos de los comunistas, dejó a los Països Catalans sin ninguna fuerza estrictamente socialista organizada desde 1936 y, sobre todo, después de 1939. Si bien muchos de los grupos de izquierda creados o resucitados en el exilio y en la clandestinidad —como el Frente Nacional de Cataluña— se reclamaran más o menos enérgicamente socialistas, hubo que esperar al 1945 para ver surgir un nuevo partido socialista catalán, el Movimiento Socialista de Cataluña, del que, escindido en 1968, procedían los dos partidos socialistas de Cataluña: el PSC (Reagrupament), socialdemócrata, y el PSC (Congreso), los cuales se fusionaron (1978) con la Federación Catalana del PSOE en el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC-PSOE). Vinculado al independentismo y abocado finalmente a la marginalidad fue el Partido Socialista de Liberación Nacional de los Países Catalanes (PSAN).

Características del socialismo:

- El objetivo del socialismo es satisfacer las necesidades humanas.
- El socialismo quiere una sociedad económica donde el interés colectivo prime sobre la obtención del lucro.
- La socialización constituye el medio para alcanzar el objetivo supremo: la libertad, la justicia y la igualdad.

Cronología de los reyes y presidentes de España desde Carlos I:

Casa de Austria:
Carlos I 1516-1556
Felipe II 1556-1598
Felipe III 1598-1621
Felipe IV 1621-1665
Carlos II 1665-1700

Casa de Borbón:
Felipe V 1700-1724-1746. Primero Borbón. Decreto de nueva Planta
Felipe VI 1724 Muere prematuramente y le sucede su padre
Fernando VI 1746-1759. Hijo de Felipe V.
Carlos III 1759-1788. Hermano de Fernando VI.
Carlos IV 1788-1808.
Fernando VII 1808. Primer reinado.
"Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca, de Sevilla, de Cerdena, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaen, de los Algarbes, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y Tierra firma del mar Océano; Archiduque de Austria; de Milán; Conde de Abspurg, Flándes, Tirol y Barcelona; Señor de Vizcaya y de Molina".

Casa Bonaparte:
José I 1808-1813. Bonaparte.
"Rey de las Españas y de las Indias"

Restauración Casa de Borbón:
Fernando VII 1813-1833. Segundo reinado
Isabel II 1833-1868. 1833-1840 Regencia de Mª Cristina de Borbón, madre de Isabel II. "Reina de las Españas".

Casa de Saboya:
Amadeo I de Saboya 1870-1873. primero que dice: "Rey de España".

I República. Presidentes:
Estanislao Figueres. Febrero a junio de 1873
Francesc Pi i Margall. Junio-Julio de 1873
Nicolás Salmeron. Julio-Septiembre 1873
Emilio Castelar Septiembre 1873-Enero 1874
Francisco Serrano Dominguez. Enero-Diciembre 1874.

Restauración Casa de Borbón:
Alfonso XII 1874-1885.
Alfonso XIII 1886-1931. Regencia de su madre Mª Cristina de Austria. 1885-1902.

II República. Presidentes:
Niceto Alcalá Zamora. 1931-1936
Manuel Azaña. 1936-1939

Franco 1936-1975

Restauración Casa de Borbón:
Juan Carlos I 22-11-1975 a 18-06-2014
Felipe VI 18-06-2014 a sigue.

La Constitución Política de la Monarquía Española fue promulgada el 19 de marzo de 1812 en Cádiz. Fue obra de las Cortes Generales y Extraordinarias de la Nación Española, reunidas durante la invasión napoleónica de España que derrocó a los monarcas Fernando VII y Carlos IV y provocó la resistencia armada del pueblo español.

La Primera República española fue el régimen político vigente en España desde su proclamación por las Cortes, el 11 de febrero de 1873, hasta el 29 de diciembre de 1874, cuando el pronunciamiento del general Martínez Campos dio lugar a la restauración de la monarquía borbónica.
La Segunda República española, cuyo nombre oficial era República Española, fue el régimen democrático que existió en España entre el 14 de abril de 1931, fecha de su proclamación, en sustitución de la monarquía de Alfonso XIII, y el 1 de abril de 1939, fecha del fin de la Guerra Civil, que dio paso a la dictadura franquista.
La República tuvo dos presidentes: Niceto Alcalá-Zamora de 1931 al 7 de abril de 1936, que fue destituido, y Manuel Azaña (abril de 1936 a febrero de 1939, que dimitió).

Desde la II República hasta ahora:

La proclamación de la II República y el Gobierno Provisional:
La victoria de la coalición republicano-socialista en las elecciones del 12 de abril de 1931 supuso la proclamación de la II República, dos días después, y las salidas del país de Alfonso XIII. Los resultados mostraban una ajustada victoria de las candidaturas monárquicas en las áreas rurales, donde todavía se dejaba sentir la influencia del caciquismo, y un triunfo abrumador de los republicanos en las grandes ciudades y, sobre todo, en 41 de las 50 capitales de provincia.

 

La proclamación de la II República coincidió con un momento delicado para el parlamentarismo europeo. A la consolidación del régimen soviético y del fascismo italiano en la década de 1920, hubo que sumar el ascenso del nazismo alemán y la dictadura austríaca de Dollfuss en 1933-1934. Además, el mundo atravesaba una difícil coyuntura económica derivada del Crack de 1929 que redujo el comercio internacional y aumentó el paro.
La II República (1931-1939) es una de las etapas más relevantes de la historia contemporánea de nuestro país. Durante los primeros años, se pusieron en marcha profundas reformas para modernizar el país que provocaron la oposición de la oligarquía.

Elecciones de Febrero de 1936:

Dos grandes bloques electorales, Frente Popular y Bloque Nacional, enfrentados y sin posibilidad de entendimiento, acudían a las elecciones de febrero de 1936.
El Frente Popular aglutinó en su coalición a Esquerra Republicana y Unión Republicana, fundados por Azaña y Martínez Barrio, respectivamente, PSOE, UGT, PCE, POUM y Esquerra Republicana de Catalunya. Constituyó un programa político mínimo y poco revolucionario que propugnaba la amnistía para los represaliados de 1934 y la vuelta del reformismo del primer Bienio.
El Bloque de Derechas estaba constituido por la CEDA, Renovación Española y los carlistas de Comunión Tradicionalista. La coalición se presentó en muchas circunscripciones por separado y no fue capaz de elaborar un programa político sólido. Su ideario se basó en el rechazo a la revolución, al marxismo y la amenaza que supondría para el país la victoria del Frente Popular. La carencia de un programa político provocó la pérdida de votos del centro y el rechazo de Falange Epañola a entrar en la coalición.
El Frente Popular obtuvo la victoria, sobre todo, gracias a los votos de las grandes ciudades y en las provincias del sur y de la periferia, mientras que la derecha se impuso al norte y al interior.

La conspiración militar:

Tras el fracasado intento de Sanjurjo, la victoria del Frente Popular ratificó la decisión de los generales contrarios a preparar un alzamiento nacional, en el que Sanjurjo, exiliado en Estoril, sería el líder. Se trataba de un movimiento con primacía militar con el soporte subordinado de las fuerzas políticas de derechas. La CEDA aportaría el apoyo de la militancia católica, los carlistas contribuirían con efectivos militarizados, Falange con hombres con experiencia de calle y los alfonsinos se encargarían de la financiación y los apoyos internacionales.
El general Mola, bajo el seudónimo de «El Director», se encargó de preparar el golpe, que preveía que durara horas o días. Éste se precipitó a raíz del asesinato de José Castillo, socialista y teniente de la Guardia de Asalto, el 12 de julio de 1936. Al día siguiente, como represalia, sus compañeros mataron a Calvo Sotelo, líder de Renovación Española , lo que acabó por decidir Franco, hasta entonces dubitativo, a participar en la sublevación.
El Gobierno de la República, consciente de la conspiración, optó por repetir la exitosa fórmula aplicada a la sanjurjada: dejar que los sublevados dieran el primer paso para empezar con las detenciones. Azaña insistió en que la actuación precipitada del gobierno podía generar mártires y arrastrar al golpe a sus camaradas del ejército. Pero, en esta ocasión, confió excesivamente en sus fuerzas y posibilidades. En 17 de julio de 1936, comenzaba la sublevación de la mano de los generales Yagüe, en Marruecos, y Franco, en Canarias.

La sublevación:

La sublevación comenzó la tarde del 17 de julio en Marruecos, donde se encontraba la mayor guarnición del ejército, dirigida por el general Yagüe. En los días siguientes, el levantamiento triunfó en Sevilla, al mando del general Queipo de Llano; para el desembarco del Ejército de Africa; León; las tres capitales de Aragón con el general Cabanellas al frente; y Baleares, con el general Goded, excepto Menorca. El resto del territorio permaneció fiel a la República.
El 21 de julio se puso de manifiesto el fracaso del golpe militar: España había quedado dividida ya merced de la iniciativa de los sublevados Como consecuencia, se iniciaba un conflicto fratricida que no concluiría hasta el 1 de abril de 1939 .
 
Los sublevados, parte de la cúpula del ejercido, la falange (partido político minoritario, tremendamente violento, de la que la mayoría de sus componentes eran capaces de agredir, violar, torturar y matar sin el más mínimo remordimiento), los caciques y señores de derechas y la jerarquía eclesiástica (que había perdido gran influencia en tiempos de la República ya quienes los conspiradores habían prometido devolver toda la influencia perdida), desde el primer día, allí donde la cúpula militar se había sumado a la traición a la República, empezaron una matanza a todos los que habían ocupado cargos en la República, se habían significado por sus ideas sociales o, simplemente no se sumaban a su rebelión o "no piensan como nosotros". Por eso, más que una guerra (un ejercido contra otro ejercido) fue un genocidio fratricida. En el caso de Mallorca, sólo hubo enfrentamiento de dos ejercidos poco más de medio mes, desde el 16 de agosto al 5 de septiembre, tiempo en que las tropas de Bayo estuvieron en Mallorca. En este enfrentamiento iba ganando el grupo republicano de tal modo que los sublevados tuvieron que pedir ayuda urgente a la Italia de Musolini que envió un grupo de aviones de guerra, con los correspondientes pilotos, y un ejercito armado que ocasionaron el cambio de tendencia, dominio de los sublevados y reembarque y regreso de las tropas de Bayo. Y ahí continuaron los crímenes, con y sin consejo de guerra. Represión que también se producía en el resto de España. Como también intervinieron tropas y armas italianas y alemanas en toda España. En realidad no fueron las tropas de Franco y militares sublevados quienes ganaron la "guerra". La ganaron para ellos la Italia de Musolini y la Alemania de Hitler. La mal llamada "guerra civil" española es la mancha, la vergüenza, más gorda y duradera de la historia de España.
Con esto que dices perderás muchas amistades, en los lugares donde la traición triunfó o conquistó, casi el 90% de personas eran profranquistas. Yo, de la responsabilidad del genocidio, sólo puedo a quienes participaron, activamente, en la conspiración previa, en el levantamiento de los 17, 18 y 19 de julio, ya todos los que participaron voluntariamente en el ataque a las poblaciones y personas en zona leal en la República o en el genocidio: sacados, torturas y asesinatos. El resto de personas franquistas lo eran por ambiente (era la época de expansión de los sistemas fascistas), por ignorancia (el Franquismo se montó sobre la mentira permanente), por miedo ("Rosi, tuti fusilati", "Hay que eliminar a todos aquellos que no piensen como nosotros, a todos los que no abrazan nuestro glorioso movimiento" o por obligación (todos los que logramos la condición de funcionario entre 1940 y 1975 estábamos obligados a jurar los principios del movimiento nacional, aunque más del 50%, sentimentalmente eran contrarios al franquismo).

 
Si el 1 de abril de 1939 terminó la "guerra" fratricida española, medio año después, el 01-09-1939, comenzaba la II Guerra Mundial, con ocasión de la invasión de Polonia por las tropas nazis alemanas. Bandos: Los aliados: Inglaterra, EEUU, y URSS y las potencias del eje: Alemania, Italia (las que acababan de ganar la "guerra" de España para Franco) y Japón. Quienes habían ganado la "guerra" de España (nazismo-fascismo) pierden esta Segunda Guerra Mundial:
Italia se rinde en septiembre de 1943.
Alemania se rinde el 08-05-1945
Japón se rinde el 15-08-1945, aunque oficialmente el 02-09-1945. Tratado de paz con Japón: Año 1951.

La España de Franco estaba bien preocupada, pensaba que ganarían las potencias del Eje con quien estaba aliada ideológicamente y que habían hecho la "guerra" aliados con las tropas de Franco. Pero, terminada la Guerra Mundial, EEUU (capitalsmo) y la URS (comunismo) que, en ella eran aliados, se convierten en rivales y comienzan "la guerra fría". A partir de los años 1950s, EEUU, piensa que ya le va bien la dictadura franquista (por ser declaradamente anticomunista y por la situación estratégica de España en Europa) y comienza una protección al régimen de Franco (aporta leche y queso a las escuelas públicas) a cambio de poner un conjunto de bases suyas en España. En Mallorca, en la cima del Puig Major. Los franquistas rebajan sus formas fascistas que habían imperado en los primeros años y respiran tranquilos ("EEUU nos quiere y protege").

Los asesinos más destacados de Alemania y Japón, purgan sus excesos (en la Guerra y antes, Alemania había matado a varios millones de personas, la mayoría judíos) en los Juicios de Nuremberg celebrados entre el 20-11-1945 y el 1 -10-1946.
En España, nunca ningún asesino ni ningún responsable de los asesinatos ha sido juzgado y condenado por sus crímenes. Esto es una asignatura pendiente que, mientras no se haga (aunque sea con los sujetos fallecidos) no podrá haber una democracia plena. Muchos años después de la muerte del dictador se promulgaron multitud de leyes de Memoria Histórica y Memoria Democrática, pero en todas ellas sólo se ha procurado recuperar la memoria, dignidad y honor de las víctimas del fascismo; ninguna de ellas ha pedido el juzgar y condenar a sus verdugos.
Terminada la II Guerra Mundial se creó las Naciones Unidas (ONU), organismo para la paz y para evitar que se pudieran reproducir desastres tan graves como los de la II Guerra Mundial, el 24-10-1945, se incorporaron y firmar el decreto fundacional 51 Estados y, paulatinamente, se han ido añadiendo nuevos Estados hasta los 193 actuales. España, pese a su reciente guerra fascista y su régimen franquista-fascista fue admitida el 14-12-1955. La ONU no puede alcanzar su objetivo porque algunos Estados miembros, como EEUU e Israel, incumplen sistemáticamente todas las resoluciones de la ONU que no les convienen.
El 20-11-1975 Muere Franco, sin haber sido juzgado y condenado (el único de los tres amigos aliados: Franco, Hitler y Musolini. También el único que muere de viejo y en la cama. Hitler se suicidó cuando las tropas aliadas invadían Alemania ya en las postrimerías de la Guerra. Ejerce la jefatura del Estado el Consejo de Regencia (franquista).
El 22-11-1975, dos días después, Juan Carlos jura el cargo de rey y jefe del Estado ante las Cortes y el Consejo del Reino (ambas instituciones franquistas). Arias Navarro, último presidente de Gobierno de Franco se frenó como primer presidente de Gobierno de la monarquía "instaurada" por Franco. Duraría, como presidente del Gobierno, hasta el 01-07-1976 en que es cesado por el rey, que nombra presidente a Adolfo Suarez.
Ley para la reforma política: Aprobada, por Referendum el 15-12-1976. Promulgada el 04-01-1977.
Primeras elecciones desde las de febrero de 1936: 15-06-1977. Gana la UCD de Adolfo Suarez.
La nueva Constitución: Aprobada, por Referendum el 06-12-1978. Entre en vigor el 29-12-1978.
En febrero de 1981 dimite Adolfo Suarez y se propone, para la sustitución a Leopoldo Calvo Sotelo del mismo partido (UCD). Mientras los "procuradores en Corts" están haciendo la votación de su ratificación se produce el golpe de Estado fallido del coronel Tejero, y generales Armada, Cortina y Milans del Bosch (este en Valencia, los otros en Madrid).

Presidentes del Gobierno de España:
Adolfo Suárez González 3-julio-1976 25-febrero-1981. UCD
Leopoldo Calvo Sotelo 25-febrero-1981 1-diciembre-1982. UCD
Felipe González Márquez 1-diciembre-1982 04-mayo-1996. PSOE
José María Aznar López 04-mayo-1996 17-abril-2004. PP
José Luis Rodríguez Zapatero 17-abril-2004 21-diciembre-2011. PSOE
Mariano Rajoy Brey 21-diciembre-2011 01-junio-2018. PP
Pedro Sánchez Pérez-Castejón 02-junio-2018 sigue. PSOE



 

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