23 enero 2011

Obedecer a quien manda

Recibido, por correo electrónico, de tribuna humanista 

De: execlub - tu comunidad
Para: grupo preferencial
Enviado: vie,7 enero, 2011 16:16
Asunto: la sorprendente y valiosa reflexión filosófica de María Lohman

María Lohman (SomosSur)
Enero 7th, 2011 on 3:16 pm   edit

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SOBRE EL FALSO CONCEPTO “OBEDECER A QUIEN MANDA”
El concepto “obedecer a quien manda” es un concepto equivocado, en sentido de que ahí aparecería un sujeto, sea un líder o partido, que representa la “verdad revolucionaria” y el pueblo tiene que obedecer.
bonaparte Ahora, si el que manda es el pueblo, según la clásica definición de democracia y las palabras de Evo horas antes de concluir el año, debería estar expresado siempre en un DEBATE DEMOCRATICO con diferentes posiciones (porque no existe un pueblo homogéneo), incluso con la posibilidad de oponerse a las medidas del poder establecido. Sin eso no hay DEMOCRACIA.
Pues, la democracia burguesa reduce el mandato popular a VOTAR cada 4 a 5 años, pero el concepto mas profundo de democracia, desde el punto de vista del movimiento popular es otro. En este sentido los acontecimientos de octubre del 2003 sí se podrían calificar como uno de los movimientos más democráticos de Bolivia, porque fue el PUEBLO que impuso su mandato de derrocar a un presidente que gobernaba contra la voluntad popular.
El concepto de obedecer a quien manda sólo sirve para las instituciones militares, y aún ahí hay que poner límites muy precisos, que no deben cumplirse órdenes contra los derechos humanos.
Pero dentro del Estado el concepto “obedecer a quien manda” es dictatorial, bonapartista o, en el mejor de los casos, de una democracia formal que practica la burguesía. Pero nunca tiene que ver con una democracia de contenido, donde el pueblo sea el que manda y no decretos inconsultos de un mandatario.
Desde el campo supuestamente “progresista”, “obedecer a quien manda” sería acatar las órdenes del líder que “representa” al pueblo y al “proceso de cambio”. Pero el pueblo, como ya dijimos, es diverso, y tiene su propio raciocinio y formas de manifestarse. Y el “proceso de cambio” no es propiedad registrada de ninguna persona ni partido, sino de ese pueblo diverso que se rebeló contra el modelo neoliberal durante muchos años y específicamente entre los años 2000 y 2005.
Es así que en un concepto más profundo de democracia, el pueblo es el que debe poder opinar, debatir y decidir las políticas fundamentales del Estado. Y esto no puede quedar reducido a una formalidad. Indudablemente el gobierno del MAS fue electo por una mayoría inédita en la historia de Bolivia. Pero esto no le quita sus derechos al pueblo llano, a los campesinos, indígenas, obreros y pobres urbanos, que fueron los que le dieron su voto casi unánime, a cuestionar políticas e incluso a cuestionar ciertos gobernantes si entienden que el mandato dado ha sido traicionado o tergiversado.
Nadie, ni persona dirigente, ni partido, se puede arrogar ser el dueño de la voluntad popular. El pueblo no firma cheques en blanco.
CUESTIONANDO EL DECRETO 0748
El decreto 748 no solo fue equivocado en la forma, sino en el contenido, porque atenta contra la nacionalización de nuestros hidrocarburos. Definitivamente responde a una inquietud de las transnacionales.
Semana antes de lanzar el DS 748, las transnacionales, reunidas en la CBHE, pidieron al gobierno un “incentivo” para poder invertir en exploración; Un incentivo mas para asegurar mayores ganancias.
Al respecto el periódico La Razon del 23 de diciembre publico una nota –“Inversión de privadas en exploración aguarda ley- con declaraciones del presidente de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE), Carlos Delius:
“…para la participación privada en exploración se necesita la nueva ley (de hidrocarburos) y crear condiciones que permitan hacer atractiva nuevamente la exploración en Bolivia”.
petrolero “… la viabilización de los contratos de operación que expanden la producción hidrocarburífera a través de la aceleración de la toma de decisiones entre el Gobierno y las empresas petroleras privadas, así como la identificación precisa “de los roles” que cumplen ambos sectores.
“Lo que no queremos es otra traba más del Gobierno para que el sector pueda seguir trabajando”.
Amenazas abiertas a un país que en octubre de 2003 dijo BASTA a la imposición de las empresas transnacionales que saquearon el país; “paraíso” para los inversionistas extranjeros.
Lamentablemente el gobierno, antes de denunciar la imposición de estas nuevas condiciones políticas y económicas y antes de hacer cumplir los 44 contratos que EXIGEN planes anuales de inversión en exploración, decidió - en medio de un ambiente festivo de fin de año- imponer al pueblo boliviano un Decreto Supremo que “nivele” los precios internos de los combustibles al “mercado internacional”; es decir incrementando una vez más las ganancias de las 12 empresas petroleras que operan en el país (sobre todo Petrobras y REPSOL) que en la práctica siguen manejando toda la cadena productiva y de comercialización de los hidrocarburos, favoreciendo a su vez a unos 220 burócratas de YPFB que reciben mensualmente sueldos hasta 58.000 pesos.
Las consecuencias de la medida gubernamental se sintió inmediatamente en todos los rincones del país y la gente reacciono en medio de una gran confusión. Una reacción democrática que mostró la madurez política de nuestro pueblo, aunque no faltaban las infiltraciones de la derecha en el movimiento de protesta que fueron marginales.
lohmanLo que no fue marginal fue el apoyo incondicional al DS 0748 de la Cámara “Boliviana” de Hidrocarburos y de otros sectores privados.
La madurez de la conciencia popular se expresa en una idea simple: Los hidrocarburos son del pueblo boliviano y deben servir para apuntalar al desarrollo de Bolivia y no para “incentivar” a las transnacionales.
 Hoy por hoy aplicar el 748 “de a poco” es como darnos el veneno “de a poco”. Siempre será nefasto para Bolivia llevar el precio de los hidrocarburos donde reina la especulación mundial de las petroleras transnacionales.
Lo que hace falta es concretar la verdadera nacionalización, con YPFB, con funcionarios capaces y verdadero control popular en base a información veraz; produciendo gas, gasolina, diesel y otros derivados, para utilizarlos en primer lugar para el desarrollo de Bolivia. Este fue el mandato del pueblo del 2003, reiterado en diciembre del 2010.
Finalmente, cualquier reflexión filosófica sobre “..obedecer a quien manda” distrae la atención y hace coro a la campaña para reposicionar el DS 0748.

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