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La paradoja del 15M
Escrito original:
De: Desdemiposadero.
Vivimos tiempos de paradojas formidables y omnipresentes. La entera realidad que nos rodea es una gigantesca paradoja. Estamos tan acostumbrados a las contradicciones, que las aceptamos como algo natural, como si fueran dogmas de fe o efectos secundarios ineludibles de nuestro sistema capitalista. Hasta el punto de que lo obvio, lo lógico, lo sensato llega a parecernos una manipulación:
Se invaden países para buscar armas de destrucción masiva, y las únicas armas de destrucción masiva que hay son las que porta el invasor. Se declaran guerras contra el terror a sabiendas de que son esas guerras las que perpetúan el terror. Se emprenden guerras contra el narcotráfico, pero el 89% del opio mundial (pdf, pág.16) sale de un país, Afganistán, ocupado y controlado militarmente por quienes emprenden esa guerra. El nobel de la Paz ordena un asesinato en nombre de la democracia. Se investigan genocidios, y el primero en sentarse en el banquillo es el juez que trata de perseguir a los culpables. Se provoca una crisis, y los que la han provocado salen mejor parados que nadie. No hay dinero para el estado del bienestar, pero los Estados gastan sumas astronómicas para ayudar a los que más tienen. Para generar empleo, se facilita y abarata el despido. Las empresas que más ganan son las que más empleados despiden. Para luchar contra los paraísos fiscales, se mantienen leyes que convierten a Europa en un paraíso fiscal. Se envía a la policía para mantener el orden, pero los disturbios empiezan cuando llegan los antidisturbios. Se arremete con cascos, escudos, protecciones y porras contra la población indefensa, pero resultan heridos 37 agresores. Se oprime a los pueblos en nombre de la libertad.
En medio de este vendaval de despropósitos, el así llamado movimiento 15M no podía ser una excepción. Tras la pluralidad inherente a un grupo tan heterogéneo como el de los indignados que siguen ocupando las plazas españolas, han aparecido grupúsculos cuyos intereses se adivinan –o se constatan– profundamente entrelazados con los del stablishment oficial al que dicen combatir. De nuevo, la paradoja: unos cuantos prosistema se disfrazan de antisistema para tratar de usurpar la representación de una protesta ciudadana legítima y más que razonable. Aunque no nos gustan las negritas, hemos querido subrayar ese ‘unos cuantos’ para remarcar que no pretendemos, en modo alguno, desprestigiar al movimiento. Desde este blog hemos apoyado y seguiremos apoyando al 15M. Estamos convencidos de que la aplastante mayoría de los que permanecen en las plazas lo hacen de buena fe y representan un deseo verdadero de cambio en el sistema actual. Sin embargo, tras una investigación somera, surgen dudas razonables sobre los auténticos motivos de algunas plataformas y sobre la pretendida espontaneidad de las movilizaciones. ¿Conspiranoia? Juzgue cada cual:
De vez en cuando, Enrique Dans se quita su pañuelo palestino y se viste de casual para acudir a eventos como esta quedada’ de bloggers del PP. Ese a quien le estrecha la mano es Mariano Rajoy.
-Detrás de Nolesvotes, uno de los colectivos que participaron en la gestación del movimiento (no lo decimos nosotros; lo dicen ellos mismos en esta entrevista), aparecen personajes cuyo compromiso con un cambio social es, cuando menos, cuestionable. Los entrevistados en el vídeo que se enlaza son Ricardo Galli (fundador de meneame.net) y Enrique Dans. El tal Dans ha estudiado en instituciones tan elitistas como la Universidad de California o la Harvard Business School, entre otras. Es miembro de los consejos asesores de cerca de una decena de empresas, ha trabajado para entidades como el Barckays Bank o la Caja de Navarra, y desde hace dos décadas es profesor en una de las más prestigiosas escuelas de negocios españolas, la IE Business School. Con un currículum semejante, no puede decirse que sea precisamente el paradigma de perroflauta. Dans se ha dejado ver en eventos muy alejados del espíritu apartidista del que presume el movimiento 15M; por ejemplo, en una reunión de bloggers del PP. Permitir que alguien así abandere una protesta contra el capitalismo salvaje que nos ha conducido a la crisis actual es como poner a Berlusconi de presidente del jurado en un concurso femenino de talentos. El portal nolesvotes.com, por cierto, es una rara avis de la red: el nombre del titular del dominio figura como protegido, una precaución poco habitual y nada tranquilizadora.
-Tampoco los titulares de otros dominios de Internet implicados en el movimiento aclaran demasiado su identidad. El portal spanishrevolution.es, por ejemplo, está registrado a nombre de Democracia Real YA, que figura también como persona de contacto administrativo. Cabría suponer que esta misma persona fuera titular de su propia web, democraciarealya.es, pero no. Esta última aparece registrada a nombre del Colectivo de Educador@s en Barrio Arrabal, una asociación con domicilio en Jerez que, esta sí, es también dueña de su propio dominio (colectivo-arrabal.org). Desconocemos lo que pueda significar todo este cruce de titularidades, pero sí sabemos lo que no significa: transparencia.
-No está del todo claro quién y cómo ha proporcionado los medios financieros y logísticos que han hecho posible que se desplegaran infraestructuras en las acampadas en un tiempo récord. La idílica idea de que todo ha sido fruto de la solidaridad anónima y del esfuerzo organizativo de unos jóvenes muy bien preparados aunque inexpertos no termina de convencernos a todos.
La plataforma Democracia Real Ya ha conseguido una coberturamediática poco habitual en este tipo de iniciativas
- Aunque es digno de festejarse el hecho de que los medios de comunicación hayan concedido al movimiento 15M una cierta importancia y algo de su tiempo o de su espacio, resulta curioso que otras asociaciones e iniciativas que comparten idéntica indignación y llevan más tiempo luchando por unos objetivos similares (Iniciativa Debate, por ejemplo) hayan sido totalmente silenciadas por esos mismos medios.
-Es muy sospechoso el empeño de algún sector de la plataforma Democracia Real Ya, constatable en las distintas asambleas, en desradicalizar la protesta. De las exigencias originales de los indignados, entre las que se encontraba un mayor control de la banca (llegó a sonar incluso la palabra nacionalización) y los mercados financieros, la cancelación de la hipoteca con la entrega de la vivienda, la eliminación de los privilegios de los políticos o la separación efectiva de los tres Poderes del Estado, se ha pasado a unas reivindicaciones mucho más descafeinadas y asumibles por los poderosos. Esta paulatina y constante migración hacia unas peticiones más razonables se ha hecho siempre en pro de un «consenso de mínimos» que fuera capaz de aglutinar los intereses de los distintos grupos de indignados. Cantidad, en lugar de calidad.
-Son también oscuras las relaciones que ciertos asambleístas mantienen con las distintas Delegaciones del Ejecutivo, arrogándose el derecho de representación de todo el colectivo para negociar un desmantelamiento apresurado de las acampadas. Estos intentos vienen siempre argumentados por problemas de convivencia, seguridad y salubridad, convenientemente aireados por los medios. La rapidez con que se ofertado a los acampados de Sol, por ejemplo, la posibilidad de trasladarse a las instalaciones de Tabacalera en Embajadores es, como poco, sorprendente. Tales muestras de generosidad son algo absolutamente inusitado en nuestras autoridades.
-No menos curioso es el hecho de que ciertos pseudointelectuales cómodamente instalados al abrigo del sistema hayan aprovechado para arropar con sus palabras al 15M. Es el caso de elementos como Eduard Punset, cuyos inamovibles principios burgueses le han llevado en el pasado a militar en formaciones políticas tan dispares como el PCE, la UCD o el CDS. Con UCD fue diputado regional y llegó a conseller de Economía de la Generalitat y a ministro de Relaciones con Europa. Ha sido diputado nacional por CiU y europarlamentario por el CDS, para terminar con un fallido proyecto de partido propio (Foro). Profesionalmente, ha trabajado para entidades tan revolucionarias como The Economist o el FMI. Este exegeta de las voluntades colectivas ha pretendido sumar su discurso, claramente neoliberal (Punset es de los que aboga por la abolición de los Estados para dar paso a un nuevo orden mundial, un megaimperio planetario con un Estado único, estilo Starwars), a las protestas de los indignados. Con su engolamiento habitual, este anarcocapitalista convencido dio las gracias al movimiento por «mantener viva una esperanza que llevamos cultivando desde hace mucho tiempo», en un burdo intento de arrimar el ascua a su maloliente sardina, que es precisamente el tipo de pescado podrido que la protesta popular pretende combatir.
La particular visión de la caverna mediática sobre la naturaleza oculta del movimiento 15M
Tampoco puede obviarse el hecho de que, desde los primeros días de la protesta, han aparecido versiones de lo más disparatado sobre quién podía estar detrás del 15M. Esa es una maniobra básica que cualquier conspirador debe conocer. En toda conspiración que se precie, uno de los primeros y obligados pasos es difundir versiones absurdas sobre la propia conspiración. Se trata de exagerar todo lo posible mediante interpretaciones peregrinas entre las que pueda confundirse, llegado el caso, cualquier intento serio y documentado de destapar la conjuración. Algo muy parecido a lo que está haciendo la caverna mediática con su idea de que «socialistas y comunistas dirigen desde la sombra elmotín de la Puerta del Sol».
En resumen: hay razones para pensar que, al menos en su origen, el movimiento de protesta que nos han vendido como espontáneo no sea más que una maniobra calculada –mal calculada, por suerte– del propio régimen capitalista para dejar escapar de manera controlada una presión social que amenazaba con hacer estallar el sistema. Es lo que el economista canadiense Michel Chossudovsky llama disidencia fabricada. Ciertamente, el tratamiento que los grandes medios de comunicación han dado a este asunto, sobre todo a la hora de publicitar el tan cacareado «consenso de mínimos», se ajusta con fidelidad a los patrones de lo que Chomsky definió como «fabricación del consenso».
Sin embargo, también hay motivos para la esperanza. Vistos los nervios que hay en muchos sectores, el sistema parece estar lejos de tener controlada la situación. A juzgar por respuestas tan desproporcionadas como la carga de Barcelona (contra la que deberían exigirse responsabilidades políticas, civiles y penales), parece evidente que a los poderosos se les ha ido la cosa de las manos. Tal vez han calculado mal, y ahora el movimiento sea imparable. En ello confiamos. ¡Adelante, valientes!
Red Kite,
junio 2011.
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