¿Se acabaron las utopísa?

¿Se acabaron las utopías?

Sí es cierto, que le llegó el punto final a la sociedad capitalista-neo liberal, que nos encontramos en el inicio de una nueva era que esperamos colme nuestras ambiciones utópicas, las de conseguir una sociedad justa e igualitaria, en la que todos tengamos acceso al trabajo, a la educación, a la cultura, a todo lo que presupone una vida digna, en paz y armonía, para todos los habitantes del planeta. ¿Todos pobres? No todos ricos en bienestar, acceso a todo lo que un ser humano necesita para su desarrollo en libertad

Los primeros en cerciorarse de la realidad que nos espera deberían ser los políticos, que de nuevo en trance electoral, ahora para esta Europa desconocida, claman por unas ideas que saben de antemano que no podran llevar a cabo o mejor, ni siquiera intentaran hacerlo.
Menos mal que, por una vez, el TC atinó, en su pronunciamiento de no dejar fuera de los comicios a la formación encabezada por Alfonso Sastre en el país Vasco, al que desde estas páginas quiero manifestar mi respeto y admiración.

El pueblo, descorazonado, no se siente atraído por los cantos de sirena que emiten, se apartan de ellos cual si estuvieran en cuarentena, con sus teorías vacilantes. Triste panorama para la Democracia tan ansiada, que no han sabido llenar de contenidos, aquellas utopías que nos movieron en tiempos de dictadura. Cuantos sueños desvanecidos, cuantas esperanzas rotas.

En Catalunya estamos recogiendo firmas para pedir, al Parlamento, una Ley electoral para Catalunya que contemple, entre otros puntos, la posibilidad de listas abiertas en los comicios electorales del país, aquel deseo que todos tenemos, de poder señalar de la lista, a las personas que queremos rijan nuestro futuro para cuatro años. Porqué les conocemos, porqué sabemos de sus buenas maneras, de su capacidad de trabajo, por su afinidad de ideas.
¿Resultado de la petición de dicha propuesta? Los jóvenes “pasan” sin escrúpulos alegando que no creen en la política, que no confían en ningún político, que les da lo mismo quién gobierne, total, se reparten el pastel de forma desvergonzada.
Triste panorama el que tenemos a la vista, que concuerda con el de la crisis que nos afecta. Demasiados ciudadanos buscan solo sobrevivir en un mundo cada vez más indiferente, en el que nadie conoce a nadie, nadie respeta al otro, nadie comparte nada.
Hemos perdido la capacidad de dialogar, de contrastar opiniones, de acercarnos al otro para saber lo que le sucede.
Se acabaron ilusiones y utopías, total ¿para qué? dicen los jóvenes.

Señores políticos, acérquense al pueblo llano, no ahora que se aproximan elecciones sino a lo largo del tiempo. Sepan como viven, cuales son sus necesidades, sus anhelos. Compartan su tiempo con ellos, escuchen su voz, llámenlos por su nombre.

¿Saben acaso que todos tenemos nombre y apellido? Se acabó el tiempo del olvido, si quieren, ahí estamos prestos a escucharles.
Por favor, no olviden que necesitan nuestro favor, nuestro voto para poder representarnos ahora en Europa, luego en nuestro país, en nuestro Municipio.

Montserrat Ponsa i Tarrés, periodista

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