Defendamos la verdad, la
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Ahora estamos en un mundo (quienes estamos en el mundo occidental del
capitalismo salvaje) alucinante, esperpéntico, cuya definición unitaria característica
es la injusticia, injusticia que se
justifica con la falsedad (mentira).
Nos dicen que nuestros sistemas políticos son democracias (democracia:
el poder lo regenta el pueblo, directamente y, en nuestro caso, por
representación), que nuestros Parlamentos y Gobiernos legislan y administran
con el único objetivo del mejor bien para el pueblo.
En realidad todas las Administraciones, todos los poderes, exceptuando
raras excepciones personales que les honran, legislan, ejecutan y juzgan en
beneficio de las personas pertenecientes a las oligarquías económicas y
políticas, y muy especialmente, las más corruptas y estafadoras; y en perjuicio
del pueblo.
Por lo que se refiere a nuestro ámbito más inmediato y mediato, Illes
Balears i Estado español respectivamente, el Ppartido, las personas más ultras
de la misma ideología, la Iglesia (española; el Papa Francisco predica todo lo
contrario) y los militares de corazoncito autoritario (nostálgicos de
dictaduras y golpes que aún no han condenado el franquismo
nacional-sindicalista) constituyen un club de amigos influyentes o secta
selecta. Mienten en los medios para mantener el poder, en su beneficio, cuando
lo ostentan y mienten y conspiran para recuperarlo en las pocas ocasiones en
que no lo tienen y, si se tercia, en algunos casos, lo recuperan mediante un
golpe de Estado o una guerra civil indecentes y criminales que justifican con
nuevas falsedades. Con claro desprecio al pueblo, a todas las personas que no
piensan como ellos y, como he dicho antes, a la más elemental verdad y
justicia. Defienden con vehemencia las corrupciones de los suyos aunque hayan
perjudicado gravemente la economía general y particular de la población y no
sienten, impasible el ademán, las muertes y los males ajenos, incluso los
provocados por miembros de su mismo club.
Por lo que se refiere al mundo, como ha ocurrido siempre en el pasado,
el imperio más poderoso impone sus condiciones sociales, económicas y
culturales por inferior que sea (el Mc Donals por encima de la Museo
Internacional de Antigüedades: Bagdad Mesopotamia, Persia, Hammurabi: http://www.wsws.org/es/articles/2003/apr2003/spn2-a26.shtml),
a unos por afinidad y a los otros por la fuerza de las armas (si necesario
hasta atómicas, de racimo o químicas. Luego nos mienten de nuevo diciendo que son los rivales quienes más las usan). Los
gobernantes de los países satélites prefieren contentar antes al amo imperial
(admirado y envidiado: ”España es una unidad de destino en lo universal. Por el
imperio hacia Dios: Viva Franco”) que a su propio pueblo y no dudan en
sacrificarlo como los sacrificios que antiguamente se ofrecían a los dioses.
Edward Snowden ha presentado documentos que prueban la
increíble vigilancia ilegal a dirigentes y ciudadanos de otros países a la que
Estados Unidos nos tiene sometidos. En un mundo coherente y justo todos le
estaríamos enormemente agradecidos y condenaríamos firmemente a Estados Unidos
(Nixon tuvo que dimitir como presidente por un mucho menor espionaje… al
partido rival de su propio país). No obstante en este”mundo al revés” (en el
que los corruptos delincuentes son exonerados y muchos inocentes culpabilizados
y muchos pueblos, y naturaleza y recursos, expoliados) somos capaces de
entregar a nuestro benefactor informador a sus verdugos delincuentes y estos le
pueden, injustamente, ingresar en prisión en régimen de aislamiento, y
condenarlo a cadena perpetua: Por decir la verdad y destapar el fraude
delictivo, uno más, de los Estados Unidos que nunca se somete a ninguna
justicia internacional e incumple permanentemente las resoluciones de Naciones
Unidas que no le gustan.
Parece ser que la presidenta de Brasil Dilma Rousseff es la única dirigente occidental que
está indignada con el programa de espionaje norteamericano (que diferencia con
respecto al presidente del Gobierno español que parece que no tiene nada que
reprochar a EEUU y mucho que agradecerle por el mismo hecho). Es posible que
Brasil sea la única puerta abierta para brindarle asilo a Snowden.
Hagamos, tú y yo, nosotros, que esta posibilidad sea una realidad:
Antoni Ramis Caldentey
Psicólogo humanista social
Presidente de la AHC