04 abril 2012

Lo que hay que decir. Günter Grass


Lo que hay que decir. Günter Grass

El País. 04-04-2012

Por qué guardo silencio, demasiado tiempo,
sobre lo que es manifiesto y se utilizaba
en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes,
solo acabamos como notas a pie de página.
Es el supuesto derecho a un ataque preventivo
el que podría exterminar al pueblo iraní,
subyugado y conducido al júbilo organizado
por un fanfarrón,
porque en su jurisdicción se sospecha
la fabricación de una bomba atómica.
Pero ¿por qué me prohíbo nombrar
a ese otro país en el que
desde hace años —aunque mantenido en secreto—
se dispone de un creciente potencial nuclear,
fuera de control, ya que
es inaccesible a toda inspección?
El silencio general sobre ese hecho,
al que se ha sometido mi propio silencio,
lo siento como gravosa mentira
y coacción que amenaza castigar
en cuanto no se respeta;
“antisemitismo” se llama la condena.
Ahora, sin embargo, porque mi país,
alcanzado y llamado a capítulo una y otra vez
por crímenes muy propios
sin parangón alguno,
de nuevo y de forma rutinaria, aunque
enseguida calificada de reparación,
va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad
es dirigir ojivas aniquiladoras
hacia donde no se ha probado
la existencia de una sola bomba,
aunque se quiera aportar como prueba el temor...
digo lo que hay que decir.
¿Por qué he callado hasta ahora?
Porque creía que mi origen,
marcado por un estigma imborrable,
me prohibía atribuir ese hecho, como evidente,
al país de Israel, al que estoy unido
y quiero seguir estándolo.
¿Por qué solo ahora lo digo,
envejecido y con mi última tinta:
Israel, potencia nuclear, pone en peligro
una paz mundial ya de por sí quebradiza?
Porque hay que decir
lo que mañana podría ser demasiado tarde,
y porque —suficientemente incriminados como alemanes—
podríamos ser cómplices de un crimen
que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa
no podría extinguirse
con ninguna de las excusas habituales.
Lo admito: no sigo callando
porque estoy harto
de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además
que muchos se liberen del silencio, exijan
al causante de ese peligro visible que renuncie
al uso de la fuerza e insistan también
en que los gobiernos de ambos países permitan
el control permanente y sin trabas
por una instancia internacional
del potencial nuclear israelí
y de las instalaciones nucleares iraníes.
Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos,
más aún, a todos los seres humanos que en esa región
ocupada por la demencia
viven enemistados codo con codo,
odiándose mutuamente,
y en definitiva también ayudarnos.

Traducción de Miguel Sáenz. El texto original en alemán se publica hoy en el diario Süddeutsche Zeitung.

3 comentarios :

  1. Anónimo11:56 a. m.

    Günter Grass sabe muy bien que la calumnia contra Alemania, la tergiversación de la historia se ha apoderado del planeta y de la conciencia de los hombres libres, y de las necesidades de todos los seres humanos que estamos esclavizados por el poder de las monedas, transformando la sensatez en idiotez al servicio de quienes pretenden creer que el planeta les pertenece.

    ¿En verdad es antisemita Günter Grass ? No, no lo es. El no quiere que este mundo sea conducido al cataclismo final por la ambición de la usura, esa espantosa lacra del sionismo y liberalismo bancarios que hoy hace posible que un jubilado se haya suicidado en Atenas simplemente porque la banca, el sistema de robo capitalista, le ha robado lo de su pensión para sobrevivir...!

    Bravo Günter...!
    No calles...! adelante camarada que ya es hora de que sepan muchas verdades ocultas y convertidas en mentiras dogmáticas para beneficio del control capitalista del planeta...! Adelante Günter...!

    Patrick McLoughlin.

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  2. El comentario anterior:

    Al ser un comentario anónimo este blog no puede asegurar la autenticidad de la firma e identidad de la autoría de Patrick McLoughlin

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  3. En menos de 24 horas una multitud de "neofascistas" alemanes, occidentales no alemanes, e israelíes se han lanzado a la yugular de Günter Grass y le han acusado de antisemita, antisionista, antijudío, antiisraelí,... y le han afeado su pasado de más de 65 años atrás, con creces redimido (lo malo no es que un chaval de 17 años, desconocedor de las atrocidades del nazismo, haya militado en el ejército alemán de aquel tiempo. Lo malo es, teniendo toda la información, ser "neofascista" en el siglo XXI, cosa que, indudablemente, no es Günter Grass).

    No obstante su escrito es muy neutral y ecuánime y, en él, afirma su afecto por el pueblo judío; y su advertencia es sobre un peligro muy real, vistos los movimientos del "gobierno" de Israel y el trato que ha tenido habitualmente con el pueblo palestino; y si este peligro no acaba por materializarse, quizás sea para no quitar toda la razón a todos aquellos que se han lanzado agresivamente contra Grass por su advertencia. Muchas gracias Günter Grass

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