12 mayo 2010

Psicología Positiva para ser feliz



Arc46: Psicología
Psicología. Anexo: Distintas psicologías
Hablemos de psicología (24)
Un mundo mejor entre todos.
Arco Mediterráneo, grupo de comunicación
Palma de Mallorca
Profesor: Antoni Ramis Caldentey
Unidades:
Unidad 0: Introducción, Programa y Referentes
Tema 1: Psicología: Conceptos, Historia, Corrientes o Escuelas
Tema 2: Desde el Big-Bang hasta el hombre / mujer
Tema 3: La Personalidad
Tema 4: Motivación y conductas sexuales
Tema 5: Bases biológicas de la personalidad
Tema 6: Bases sociales de la personalidad
Tema 7: La Inteligencia
Tema 8: Patología de la Personalidad
Anexo: Distintas psicologías

Anexo: Distintas psicologías
Índice:
1) Psicología. Definicion y conceptos
2) Psicología Educativa
3) Psicología Social
4) Psicología Humanista
5) Psicología positiva


Psicología positiva

Psicología positiva

Neurocientíficos, filósofos occidentales, budistas orientales y psicólogos positivos: Conclusiones coincidentes

Neurocientíficos, filósofos occidentales, budistas orientales y psicólogos positivos: Aportaciones particulares

Filósofos occidentales (el filósofo Epicuro)

Epicuro: Su fórmula de la felicidad: Amistad, libertad y reflexión.

Meditación oriental. Los budistas
Neurocientíficos: La plasticidad del cerebro

Volviendo al principio: Psicología positiva de Seligman

La meditación. Técnicas

La compasión (compartir sentimientos)

Ejercicios de psicología positiva para ser más feliz

Webs de Psicología positiva


Psicología positiva (de última generación):

La heredera actual (principios del siglo XXI) de la psicología humanista es la psicología positiva. La unión entre pensamiento y meditación budistas y la ciencia está dando grandes resultados de aplicación práctica para el bienestar y felicidad de la persona. La psicología positiva es una disciplina que proclama que la persona puede aprender a ser feliz y a compartir la felicidad con los demás, sólo es cuestión de método.

Se considera a Martin Seligman, psicólogo estadounidense, como el padre de la psicología positiva. Se dedicó durante muchos años al estudio clínico de la depresión, hasta que decidió que la psicología podía servir para mucho más que para curar enfermedades (recordemos esta misma reflexión en Maslow, psicólogo humanista, autor de la teoría de las necesidades básicas humans y la autorrealización personal). La psicología no debe ser únicamente un instrumento clínico de curación, sino que se debe aplicar en las personas sin problemas para poder incrementarles su bienestar y felicidad personales. La psicología para Seligman, autor de "La auténtica felicidad" (2002), podía servir para ser más felices.

Por primera vez neurocientíficos, filósofos, psicólogos y budistas orientales trabajan coordinadamente en busca de la felicidad. Cada uno aporta sus conocimientos desde su perspectiva y campo profesional y con teorías y explicaciones distintas, pero con dos conclusiones coincidentes:

1 La felicidad no se puede encontrar nunca en el "yo", se encuentra en el "nosotros".

2 A ser felices se puede aprender.

Además: La felicidad es contagiosa: "Si el amigo de tu amigo se alegra, tú te alegras". Recordemos el : "Yo estoy bien - tú estás bien": “Yo estoy mejor cuando mejor están quienes me rodean” de la psicología humanista.

Neurocientíficos, filósofos, budistas orientales y psicólogos positivos

Tras una investigación de más de 2.500 años, el cerco sobre la felicidad se estrecha.

Los neurocientíficos dicen haberla visto a través de un monitor, en forma de ondas cerebrales gama.

Los filósofos siguen sus huellas en los textos clásicos, y los monjes budistas dicen sentir su presencia al sentarse en la posición del loto, cerrar los ojos y recitar un mantra.

La nueva corriente de la psicología positiva, en cambio, sostiene que la persecución es vana: la felicidad ha de (y puede) construírsela uno mismo mediante técnicas muy concretas que todos podemos aprender.

La buena noticia es que, por primera vez, científicos, filósofos, psicólogos y meditadores han decidido poner sus pesquisas en común. El resultado: un conocimiento minucioso de la anatomía de la felicidad y sus causas. La felicidad, por fin, parece estar al alcance de nuestra mano.

El largo recorrido que nos ha llevado hasta este punto arrancó antes de la era cristiana en las ágoras atenienses, donde nació una nueva ciencia que daría mucho que hablar: la filosofía. Nombres como Platón, Sócrates, Séneca o Epicuro fueron algunos de sus hijos más insignes, los primeros en elevar preguntas fundamentales sobre el hecho de ser humanos y de cómo los seres humanos podíamos llegar a la felicidad.

Pero hasta hace muy poco, para la mayor parte de la sociedad sus enseñanzas quedaban relegados a los libros de historia, sin conexión con la vida moderna y, por supuesto, sin efecto sobre nuestra capacidad de ser más o menos felices.

Todo esto cambió en los albores del siglo XXI. Exactamente en el año 2000, un filósofo de nuestro tiempo, Alain de Botton, puso a los viejos filósofos a la orden del día en un libro que vendió cientos de miles de ejemplares en todo el mundo: "Las consolaciones de la filosofía ". En él demostraba que las palabras de los clásicos eran perfectamente válidas para dar respuesta a las inquietudes del hombre moderno y a la eterna búsqueda de la felicidad. El pasado 9 de octubre de 2008, De Botton participó en la II Conferencia Europea sobre la Felicidad y sus causas, organizada en Londres por el World Happiness Forum, una institución internacional sin ánimo de lucro que propicia encuentros multidisciplinares sobre el tema. Allí, De Botton insistió en que, por muchos siglos que hayan pasado, la clave de la felicidad sigue en manos de los filósofos clásicos.

Filósofos occidentales (el filósofo Epicuro):

En el año 306 a. de C., Epicuro fundó una institución filosófica cuyo objetivo era promover la felicidad, según una definición propia que aseguraba que "el gozo es el principio y el fin de una vida feliz". Esta afirmación dio pie a numerosos equívocos. Ya en sus tiempos, Epicuro era tachado por sus vecinos de depravado, y circularon en Atenas rumores sobre las orgías gastronómicas y sexuales que se celebraban diariamente entre las paredes de su escuela. ¿A qué si no podría referirse el sabio cuando predicaba una vida dedicada al placer? Muchos habrían sorprendido si se hubieran atrevido a franquear las puertas de su casa: una vivienda sencillo, en la que la comida era escasa, procedente casi en su mayoría de las hortalizas cultivadas en su propio huerto, más agua que vino, ropas sencillas y, entre sus habitantes, un ambiente de recogimiento y amabilidad. "Lo único que sucedía -aclara De Botton- era que, después de un examen racional, Epicuro había llegado a conclusiones sorprendentes sobre las verdaderas fuentes de la vida agradable."

Su particular fórmula de la felicidad constaba de amistad, libertad y reflexión a partes iguales...

El filósofo predicó con el ejemplo y eligió vivir de acuerdo con sus ideas.

Amistad: escogió una casa grande en el barrio ateniense de Melitea y allí vivió rodeado de amigos. Tenían estancias privadas y espacios comunes, donde comían juntos, conversaban y reflexionaban. Según el filósofo griego, "de todos los medios de que se arma la sabiduría para llegar a ésta en la vida, el más importante con mucho es el tesoro de la amistad".

Libertad: según explica Alain de Botton, "con el fin de no verse obligados a trabajar para gente que no era de su agrado ni satisfacer eventualmente caprichos humillantes, se apartaron de los empleos en los negocios de la vida ateniense y instauraron lo que bien podría describirse como una común, aceptando un estilo de vida más simple a cambio de independencia. Tendrían menos dinero, pero nunca se verían obligados a cumplir las órdenes de odiosos superiores ". Para sustentar esta vida autónoma, se compraron un huerto y cultivar sus propios vegetales...

Reflexión: Epicuro no encontró mejor herramienta para combatir la ansiedad que la reflexión. Sostenía que, a la luz de la razón, las angustias concernientes al dinero, la muerte o el desconocido se alivian. Sostenía que esta era la única forma de aliviarlas. No en vano la razón es la piedra angular del pensamiento occidental y de nuestra concepción de la felicidad. Pero esto, claro, es sólo un punto de vista.

La meditación oriental:

De la antigua filosofía budista nos llega otra visión del mundo y de la felicidad que cada vez gana más adeptos en Occidente. Propone cambiar la razón por la compasión (no debe entenderse en el sentido español de compadecerse de alguien, sino en el sentido inglés de empatía, de "sentir" junto con el/la otro/a). En la misma conferencia sobre la felicidad en la que De Botton mostraba su fe en el pensamiento occidental, participaba el monje budista Matthieu Ricard, traductor y asesor personal del Dalai Lama.

Francés de nacimiento, Ricard vivió su juventud en París y se doctoró en Genética Celular por el Instituto Pasteur, hasta que un buen día decidió abandonarlo todo e irse a Katmandú para estudiar las enseñanzas budistas. Hace 30 años que reside en el monasterio Shechen, pero a menudo abandona la paz de las montañas para encerrarse en un laboratorio donde él mismo es sujeto de numerosos experimentos en los que se analizan los efectos de la meditación sobre el cerebro.

Por los resultados de estos tests, se considera a Ricard el hombre más feliz del mundo. En 2003 escribió el exitoso libro "En defensa de la felicidad". Sus primeras palabras en la conferencia parecen una andanada contra Epicuro: "Uno de los principales errores en la concepción de la felicidad es confundir con las sensaciones agradables-afirma-," pero las sensaciones agradables no son fiables porque dependen de las circunstancias externas. La auténtica felicidad es casi lo opuesto a ello. Es ser invulnerable a las condiciones externas. Este tipo de felicidad te ofrece las herramientas para hacer frente a los altibajos de la vida con ecuanimidad, fortaleza interior, libertad, compasión y coraje. Sukha es el término budista que describe este estado.

Es una forma de ser que contiene estas cualidades, que todos poseemos potencialmente y que podemos entrenar y cultivar, como cualquier habilidad. Cuanto más las experimentas, más profundas, más estables y vastas serán ".

Ricard está hablando de cualidades como la libertad interior, la paciencia y la humildad como antídotos a las adicciones, la ira o el orgullo.

Y la herramienta para cultivarlas es la meditación. "Lo que determina nuestras experiencias es la mente-dice-, y la mente puede ser transformada. La mente puede cultivar para dejar de ser una fuente de sufrimiento". La conclusión, a fin de cuentas, no está tan alejada de la de Epicuro. Pero es posible conseguir este estado de paz mental sin abandonar la vida mundana ni irse a las montañas de Nepal? La respuesta, según los más avanzados neurocientíficos del mundo, es un contundente sí.

Neurocientíficos: El cerebro plástico:

La razón occidental y el saber oriental se han dado cita en las dos últimas décadas en el reino de la neurociencia. El mismo Dalai Lama, en coordinación con el Mind and Life Institute, propicia desde 1985 encuentros entre budistas y científicos para establecer puentes entre los dos mundos.

De estos encuentros han surgido iniciativas tan interesantes como las que el doctor Richard Davidson desarrolla en el laboratorio de la Universidad de Wisconsin (EEUU), experimentos en los que monjes budistas como Ricard han participado como sujetos de observación para determinar si la meditación realmente transforma el cerebro.

Las conclusiones de estos test son sorprendentes y emanan de uno de los descubrimientos más importantes de la ciencia en las últimas décadas: el cerebro es plástico. La vieja idea de que las neuronas son las únicas células que no se regeneran y que el cerebro se mantiene igual (o peor) desde que llegamos a la edad adulta hasta que morimos es totalmente falsa. Pero esto no se supo hasta 1998.

Ahora sabemos que sí producimos tejido neuronal nuevo y que el cerebro puede crear nuevas conexiones cerebrales o reforzar las ya existentes mediante acciones tanto externas (acción) como internas (pensamiento).

Por ejemplo, el estudio de músicos que habían dedicado más de 10.000 horas a practicar con su instrumento mostró que las áreas cerebrales que controlan el movimiento de los dedos eran mucho mayores que en el resto de las personas. Más interesante aún, con sólo imaginar estos movimientos, el área cerebral relacionada activa también y puede ejercitar.

El doctor Davidson utilizó la resonancia magnética funcional y el electroencefalograma para observar los cerebros de monjes budistas con más de 10.000 horas de meditación a sus espaldas.

Estas tecnologías permiten, mediante electrodos colocados en la cabeza del sujeto, ver la actividad eléctrica del cerebro en cada momento y localizar de forma precisa el origen de las diferentes señales. Los resultados permitieron localizar las zonas cerebrales que se activan con la meditación y con pensamientos como el altruismo, la alegría o la compasión.

En este último caso, concretamente, se detectó un importante aumento del flujo de ondas gama que, en los meditados expertos, se mantenía muy alto aun después de abandonar el estado meditativo. Cuando este tipo de onda estaba presente, además, se reducía la actividad cerebral relacionada con emociones negativas como la tristeza y la ansiedad. Es decir, a fuerza de práctica mental, los monjes se habían convertido realmente en personas más compasivas y felices.

Afortunadamente, estudios más recientes desarrollados por la doctora Tania Singer muestran que incluso meditadores novatos pueden transformar ligeramente sus ondas cerebrales en sólo dos sesiones.

La profesora Singer es neurocientífica y desarrolla su labor en el Centro para el Estudio de los Sistemas Sociales y Neuronales de la Universidad de Zurich. Para ella, el comportamiento social humano se construye con aportaciones de la economía, la neurociencia, la psicología y la filosofía. Todo esto afecta nuestra manera de relacionarnos, y la clave de nuestro éxito relacional (y, en gran medida, de nuestra felicidad) se encuentra en la capacidad de comprender cómo se sienten los demás. Esto se llama empatía. Si la empatía nos conduce a la acción, se convierte en compasión.

Los últimos experimentos de la doctora Singer han descubierto que todos los seres humanos tenemos capacidad de empatía de manera innata: cuando sentimos dolor físico, se activa la misma zona cerebral que cuando vemos a otra persona sufriendo el mismo dolor. Aunque esta capacidad no es igual en todos, sus experimentos han demostrado que la capacidad para sentir empatía puede entrenar y aumentar.

Volviendo al principio (Psicología positiva de Seligman)

Comenzó el abordaje de las condiciones de una vida feliz de forma sistemática; él y sus colaboradores han creado escalas muy precisas para medir el grado de felicidad o optimismo de una persona, tests que considera tan precisos como un análisis de sangre que mida el nivel de linfocitos.

Para Seligman, la felicidad consiste en crear una vida que contenga momentos agradables, dedicación y compromiso con la tarea que uno tiene, y un propósito vital que trascienda a uno mismo.

Seligman ha diseñado una serie de ejercicios que entrenan la capacidad para ser feliz en cada una de estas facetas. Su método propone realizar el test de nivel de felicidad, hacer los ejercicios propuestos y volver a pasar el test para comprobar los avances. Garantiza mejoras. El test está disponible en español en internet gracias al profesor Carmelo Vázquez, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid: (http://spanish.authentichappiness.org/).

Otro camino nuevo en psicología lo está abriendo el doctor Paul Gilbert, el Reino Unido. Gilbert ha desarrollado la técnica llamada compassionate mind training (CMT), a caballo entre la meditación budista, los descubrimientos neurocientíficos y la psicología conductista.

Esta técnica está ideada especialmente para las personas con un fuerte sentimiento de autocrítica y vergüenza de sí mismas que les hace experimentar a menudo angustia, ansiedad, odio, depresión y agresividad. Es decir, todo lo contrario a la felicidad.

Para revertir esta tendencia, Gilbert cree que hay que estimular el circuito opuesto: aquel que nos conecta con sensaciones de amabilidad, afecto, ternura y compasión.

Con ejercicios de imaginería mental, trata de activar el sistema fisiológico del paciente relacionado con estas sensaciones, que posiblemente haya sido debilidad o no suficientemente estimulado en el pasado. La gran novedad de la CMT es que se utiliza como herramienta principal de la imaginación para influir en el cuerpo y transformar, por un principio similar al que hace que, sólo con imaginar que se muerde un limón, la boca produzca más saliva. Por ejemplo, Gilbert propone a sus clientes que imaginen a otras personas en actitud compasiva hacia ellos; que se imaginen a sí mismos y que actúen como si fueran personas muy compasivas; que se escriban cartas llenas de comprensión y amabilidad; que aprendan el arte de la atención compasiva, el pensamiento compasivo y el comportamiento compasivo. Los estudios de Gilbert llevados a cabo en los últimos dos años demuestran que esta técnica funciona, incluso con pacientes con problemas graves.

La meditación. Técnicas

Aprender a meditar es sencillo, al menos en teoría, y los beneficios que se pueden obtener al incorporar la práctica a la vida cotidiana son múltiples. Las investigaciones que relacionan la meditación no sólo con el bienestar psicológico, sino también con el físico, no paran de aumentar. Está demostrado que la meditación alivia el estrés, previene las cardiopatías, reduce la presión arterial y ayuda a enfrentarse con el dolor crónico. Algunos centros de salud como la célebre Clínica Mayo lo han introducido ya en sus programas.

Para empezar, hay que distinguir entre meditar o simplemente relajarse.

Aunque la meditación procura relax, este no es su objetivo. La meditación pretende el dominio de la propia atención y pensamientos, la capacidad de dirigir hacia donde queremos. Se trata de aprender a dominar nuestra mente, en lugar de que sea ésta la que nos dominio a nosotros. Si se decide a probar, necesita un espacio tranquilo y concede un tiempo en que nadie le moleste. Se siente en el suelo con las piernas cruzadas, las palmas descansando sobre las rodillas y la espalda recta. Un pequeño cojín bajo el isquion le ayudará a mantener la posición. Respire por la nariz lenta y profundamente. Sienta como el aire entra y sale de su cuerpo. Cuando esté preparado, empiece a meditar. Hay varias técnicas para conseguirlo, las más habituales son:

- Concentración sobre un objeto único. Elija un punto donde fijar su mirada, cualquier objeto que se encuentre en un radio aproximado de un metro. Mantenga aquí su vista y también su atención. Acudirán a su mente pensamientos ajenos a este objeto, no se impaciente. Déjelos pasar como nubes que flotan en el cielo y vuelva a concentrarse. Este ejercicio de fijar la atención una y otra vez está en la mente lo que las repeticiones en las máquinas del gimnasio son los músculos.

- Visualización. Con los ojos cerrados, imagine un objeto, persona o escena que le resultan familiares y agradables. Intenta recrear en su mente todos los detalles de esta imagen, de hacer presentes como si estuvieran realmente ante vosotros. Los incorpore sin dejar que sus pensamientos se gente en una cadena de consideraciones sobre lo que imagina. Centre exclusivamente en la imagen.

- Meditación compasiva. Es el tipo de meditación que parece tener más relación con la felicidad a largo plazo. Según Matthieu Ricard en su libro "En defensa de la felicidad", se hace así: "Centre su atención en el sufrimiento de los seres vivos, piense que, al igual que usted, todos aspiran a la felicidad y no quieren sufrir. Senti como su mente se inunda de compasión y amor por todos estos seres, conocidos y desconocidos, amigos y enemigos, humanos y no humanos. Se trata de un amor incondicional, sin cálculo, sin exclusión. Se engendra este amor en la mente hasta que todo nuestro espíritu quede impregnado de él ".

En cualquier caso, empiece poco a poco y sin pretender alcanzar el nirvana en la primera sesión. Si usted es principiante, comience con sesiones cortas, de cinco a diez minutos, y vaya cogiendo confianza hasta llegar a los 20 minutos. Se recomienda practicar dos veces al día, si es posible a primera hora de la mañana y última de la tarde. Lo tome como un elixir para empezar y acabar bien el día.

La Compasión (compartir los sentimientos y pasar a la acción)

Desde Epicuro hasta Buda, los experimentos de Davidson a los tests de la psicología positiva o los ejercicios de imaginería de Gilbert, todos los especialistas tienen dos cosas muy claras. Una: podemos transformar nuestra mente para ser más felices. Dos: el camino hacia la felicidad pasa por la relación compasiva con los demás. Uno no puede ser feliz si su entorno no es feliz, y si uno es feliz hará todo lo posible para que su entorno sea feliz.

El verdadero futuro de la felicidad parece destinado a trascender los límites individuales y convertirse en una transformación social. Si a finales del siglo pasado todos los esfuerzos (de la economía, la psicología, la ciencia) estaban puestos en el yo, el destino de este siglo XXI es el nosotros.

El monje budista Matthieu Ricard lo tiene muy claro: "Es interesante que la ciencia haya corroborado que la meditación transforma la mente. Esto proporciona credibilidad al entrenamiento mental, desmitifica la noción de meditación, y posiblemente esto nos permitirá hacer una buena contribución a la sociedad. De alguna manera cerraría el círculo introduciendo la meditación en las escuelas como parte de la educación emocional, para que los niños desarrollaran mayor altruismo, mostrarán más atención ...".

Algunos psicólogos han comenzado a probarlo ya. Una psicóloga estadounidense ha estado trabajando con niños afectados por el atentado del 11-S y ha conseguido una gran mejora de la atención y el rendimiento escolar de estos chicos a través de la mindfull meditation. En octubre del 2009, Ricardo y otros miembros del Mind and Life Institute celebrarán por primera vez una reunión en Estados Unidos en la que participarán neurocientíficos, educadores, sociólogos, psicólogos y contemplativos, y en la que intentarán elaborar un programa experimental sobre meditación en las escuelas.

En cinco o seis años pretenden probar en cientos de niños, con un grupo de control, y comprobar si las técnicas de meditación son realmente efectivas en este ámbito. "Hay que hacer este tipo de prueba para luego implementar políticas educativas a nivel nacional", dice Ricard. "Por ello, para que se convierta en una decisión política, necesitamos el apoyo de la ciencia.

En este caso, para nosotros la ciencia es un camino para conseguir una sociedad más compasiva y feliz ". El equipo de la profesora Tania Singer, por su parte, después de haber localizado los circuitos cerebrales de la empatía, está preparando un encuentro en Zurich en abril del 2010 en el que se debatirá como la compasión puede entrar a formar parte del sistema económico.

Otros grandes gurús del desarrollo humano, como el doctor Deepak Chopra, Satish Kumar y Vandana Shiva, pregonan desde hace años una transformación global de la humanidad desde el punto de vista espiritual, económico y ecológico, pero no ha sido hasta ahora cuando estas ideas se han reunido bajo un mismo frente.

Chopra lidera la Alianza para la Nueva Humanidad, que del 7 al 9 de noviembre organizó en Barcelona el I Foro Humano Europeo. Su lema:

"Encuentros para la transformación personal y social".

La felicidad, efectivamente, parece estar cada vez más cerca, casi al alcance de la mano, pero será probablemente una felicidad diferente a la que imaginaba la mayoría. Aunque, claro, siempre hay excepciones: ¿alguien recuerda la frase del Mahatma Gandhi: "Sé el cambio que quieres ver en el mundo"?

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Ejercicios de psicología positiva para ser más feliz

La psicología positiva ha desarrollado ejercicios muy concretos para entrenar nuestra capacidad de ser más optimistas o más felices. El desarrollo de la felicidad está relacionado con el desarrollo de ciertas aptitudes personales como la perseverancia, la gratitud o el perdón. Los siguientes ejercicios, pese a su apariencia simple, son fruto de estudios exhaustivos, y su eficacia ha sido comprobada por los psicólogos que los llevaron a cabo:

Las tres joyas: Cada noche antes de acostarse escriba tres cosas que le hayan ido bien durante el día. A continuación, escriba por qué le parece que van bien. Después de una semana, siga haciendo el ejercicio cada noche, pero sin necesidad de poner por escrito. Según el doctor Martin Seligman, practicar este ejercicio hace que las personas se sientan menos deprimidas y más contentas, no sólo a corto plazo sino incluso meses después. Lo que pasa es que, durante el día, la persona se va fijando en qué cosas podría recordar antes de acostarse. Este hábito cambia la memoria, la atención y la forma de vivir el día a día...

Visita de gratitud. Recuerde alguna persona que hiciera algo bueno por usted mucho tiempo atrás y escribir una carta de agradecimiento. Llámela y dígale que quiere visitarla, pero sin decir por qué. Presente en su casa y leal lo que le ha escrito. Se ha demostrado científicamente que incorporar esta práctica reduce la ansiedad y la depresión y produce más felicidad duradera. Dentro de los rasgos de personalidad de las personas felices, ser agradecido es uno de los que más sobresalen estadísticamente. Cuanto menos gratitud tenga en su vida, más infeliz será. (Opción para tímidos: si escribe la carta pero no se atreve a entregar, también notará un ligero aumento de su satisfacción). .

Que tenga un buen día. Se reserve un lapso de tiempo-una hora, medio día o todo un día-por sus actividades favoritas. Marque este tiempo en su agenda y no lo cambie por nada. Realice estas actividades como haya planeado y tome conciencia de todo el placer que le brindan. Este ejercicio nos enseña a prestar atención al placer y a esforzarnos para que sea intenso y duradero. Es sin duda el paso más divertido para alcanzar la felicidad.
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Webs de Psicología positiva:
- Web Happier.com (en inglés) de Martin Seligman 
http://www.happier.com/form.htm
- Web de psicología positiva (en español) de Martin Seligman
http://spanish.authentichappiness.org/Default.aspx
- Web de psicología positiva de Beatriz Vera Poseck (en español)
http://psicologia-positiva.com/

Puedes comentar o preguntar lo que quieras
http://www.mallorcaweb.net/arc46/general/formularicomentaris.html

Antoni Ramis Caldentey
Psicólogo humanista i social

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